viernes

Jornada de la Red de Solidaridad Popular de Alcorcón el Sábado 26: "Cooperación y Sinergia colectiva. Economía y Ética Social"




Jornada "Cooperación y Sinergia Colectiva". Economía y Ética Social

Sábado 26 de Septiembre 
Ateneo Popular de Alcorcón (C/ Virgen de Iciar, 15) 

Metro o Renfe 'Alcorcón Central'

11:00h-12:00h Presentación proyecto de la RSP (Red de Solidaridad Popular)

12:00h-12:45h. Presentación de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) con Manu San Pastor, abogado

12:45h-13:00h. Descanso y picoteo. Pondremos la hucha y explicaremos sorteo de regalos (un numero un regalo cincuenta céntimos)

13:00h-14:30h. Presentación del proyecto Alcoress-MiNatural (Asociación de empresas sociales y sostenibles/ Consumo responsable-Punto de Distribución). Con Dolores Vendrell

14:30h-16:00h
Comida. (Llevaremos algo cada persona y pondremos la hucha) 

16:00h-16:45h. Carabancheleando, Ángel Aurelio de León.

16:45h-17:30h. Ganemos CCOO.

17:30h-17:45h. Descanso/entrega ordenada de ropa

17:45h-19:30h. Intervención de Carlos López Gonzàlez, activista social en Euskadi, sobre la Renta Mìnima de Inserción en el Pais Vasco. Debate sobre la Renta Básica Universal. También vendrá Podemos social posiblemente Rafa Mayoral

https://www.facebook.com/rspalcorcon

http://www.reddesolidaridadpopular.org/red/alcorcon/noticias/jornada-cooperacion-y-sinergia-colectiva-economia-y-etica-social 

Sábado 19-S, Encuentro de la Plataforma "Ahora o Nunca": Construir la unidad popular, la nueva izquierda unida, la izquierda marxista




Encuentro Estatal Ahora o Nunca - Sábado 19 de Septiembre


Vivimos un tiempo apasionante, lleno de capacidad potencial de transformación, pero también plagado de rémoras del pasado. La sociedad capitalista nos ahoga en su propia decadencia, y las organizaciones que fueron construidas con tanto esfuerzo de la clase obrera no están a la altura de las circunstancias, no han sido capaces de ser el cauce de expresión de la fuerza que late en nuestra sociedad y que se ha expresado al margen y por encima de estas organizaciones.
Si nuestra época histórica tiene una tarea, un auténtico reto, es el de reconstruir la izquierda. Una izquierda que ha quedado maltrecha con el fracaso del burocratismo estalinista (el mal llamado socialismo real) y la debacle de la vía socialdemócrata y sus vacías promesas de una mejora sin pausa del sistema capitalista. Así, una sociedad enferma, fundamentada en un sistema económico irracional, caduco, que destruye el planeta, sigue en pie por la falta de alternativa.
Esa reconstrucción de la izquierda sólo puede partir del programa del marxismo, del análisis de la realidad que vivimos y la defensa de un programa de transición a la sociedad socialista. Pero un programa necesita un cuerpo, que sólo puede levantar la militancia dispuesta a luchar por él.
“Ahora o Nunca”, fue la consigna que una parte de la militancia de IU lanzamos hace más de un año, exponiendo que a IU se le estaba agotando la posibilidad de ser el eje que vertebrase el cambio social en el Estado español, y que para ello era condición indispensable una revolución interna, algo que no se ha producido a tiempo.
Hay muchas lecciones que aprender de este proceso, pero nos interesa traer aquí algo que constituye el nudo gordiano para quienes nos reclamamos marxistas: todas las organizaciones sin excepción han sido superadas por los acontecimientos, todas ellas han fracasado, todas ellas han demostrado que no son capaces de servir a los propósitos para los que se supone fueron construidas.
En el momento clave, cuando cientos de miles de personas buscaban un cauce de expresión  de su hartazgo con la sociedad en la que viven y un camino para transformar la realidad, se toparon con organizaciones anquilosadas, con sus arterias taponadas, en el mejor de los casos y en el peor con organizaciones que habían pasado a formar parte de los defensores del sistema.
El reto es de proporciones colosales, pero al tiempo es la expresión de una necesidad histórica: la creación de una nueva organización que exprese las necesidades materiales de la clase trabajadora y los pueblos del Estado español bajo el programa del marxismo.  Y la parte decisiva de  los cuadros capaces de forjar esa llave que abre el futuro está hoy en IU, en el PCE, en Podemos y en los movimientos sociales.
Por eso nos convocamos, un año después para debatir la situación, profundizar en el programa y articular el proceso que pueda colaborar en este camino. Hemos tomado como punto de partida, con las necesarias modificaciones para actualizarlo, el documento, titulado “Un programa para transformar la sociedad”,  que un grupo de compañeras y compañeros presentamos en la Conferencia de Izquierda Unida Federal del 22-23 de noviembre de 2014 (Alberto Arregui, Marina Albiol, Esther López, Henar Moreno, Víctor Domínguez, Carlos Sánchez Mato, Jordi Escuer), pues era el resultado de trabajos y aportaciones colectivas durante todo este período.

Pero hoy, queremos dejarlo claro, ya no se trata de un llamamiento a la militancia de IU, sino a todas aquellas personas, sean de IU o de Podemos, o del PCE, de sindicatos o movimientos sociales, que estén dispuestas a arrimar el hombro y emplear la inteligencia en la tarea de que el marxismo ocupe el lugar que le corresponde en un movimiento que nos ofrecerá la oportunidad de conquistar una nueva sociedad.

Intervendrán:
  • Alberto Arregui (miembro de la Presidencia Federal de IU)
  • Carlos Sánchez Mato (Concejal de Ahora Madrid y miembro de la nueva Izquierda Unida de Madrid)
  • Pablo Hijar (Concejal de Zaragoza En Común y miembro de Izquierda Unida de Aragón)
  • Víctor Domínguez (Concejal de Guanyar Alacant y miembro de Esquerra Unida del País Valencià)
  • Henar Moreno (Coordinadora de IU La Rioja)
Hora: De 11 a 15 horas.
Lugar:
Salón de Actos del Centro de Mayores
Avenida Daroca nº 342
28032 Vicálvaro
Madrid
Frente al la salida del Metro de Vicálvaro


martes

Presentación de "Jóvenes Ganar Alcorcón"



Comunicado de presentación del colectivo de Jóvenes de Ganar Alcorcón


Buenas tardes a todos y todas.
Antes de nada queríamos agradecer a todos los compañeros y compañeras de Ganar Alcorcón, y a toda la gente que participa,  su entrega y solidaridad, las cuales permiten que esta caseta todos los días abra sus puertas y podamos disfrutar de una diferente forma de vivir las fiestas de esta ciudad.
El colectivo de jóvenes Ganar Alcorcón se ha gestado durante este verano fruto de la necesidad de una participación contundente y organizada de los y las más jóvenes en la política. Estamos aquí para demostrar que no toda la juventud sigue la corriente de despolitización que ya se inició generaciones atrás, en el que podría ser el período más turbio de la historia de nuestro país, que todos y todas sabemos cuál es. La participación de los y las jóvenes en la política en general es vitalmente necesaria a nivel estatal. Tenemos en nuestro poder armas muy potentes como un espíritu combativo nuevo, la certeza de que todo es posible, el ánimo suficiente para emprender cualquier tipo de proyecto y una forma diferente de ver las cosas. Pero nos vemos en la obligación de resaltar la importancia de la juventud en el ámbito local, en Alcorcón. La inmensa mayoría de los alcorconeros y las alcorconeras menores de 30 años se han criado en las calles de esta ciudad y nos sentimos unidos y unidas de por vida a ella, con orgullo y con la cabeza bien alta, aunque las alcaldías del bipartidismo del PSOE y el PP se empeñen constantemente en intentar bajárnosla con sus políticas absurdas, ineficaces y corruptas, que lo único que hacen es mantener los privilegios de unos pocos a costa de los demás, dejando una huella de sufrimiento que no vamos a tolerar por más tiempo.
Ante esta situación el colectivo de jóvenes Ganar Alcorcón tiene el deber de intentar politizar a todos los y las jóvenes posibles y acercarlos a la movilización para mejorar nuestra ciudad. Somos conscientes de que es una tarea difícil ya que el arma más potente con la que cuenta el capitalismo para provocarnos la inacción es el consumismo, un consumismo banal, superficial y carente de responsabilidad, unido a una educación para loros, donde memorizar conceptos es la única prioridad, sin embargo no enseñan a pensar con ellos. Es verdaderamente triste que los valores de la solidaridad y el pensamiento crítico haya que encontrarlos por cauces alternativos a los colegios e institutos. Nosotros creemos que en gran parte de los y las jóvenes de Alcorcón hay unos valores que hay que potenciar, unos valores que deben ser atraídos a la lucha por nuevos mecanismos. Objetivamente, los hechos políticos acaecidos en estos últimos años han demostrado que los discursos y las formas de organización tradicionales ya no sirven para cambiar en esencia el mapa político de nuestro país, a todos los niveles. Esta lección, creemos,  es lo que ha permitido la creación de Ganar Alcorcón, una candidatura de unidad popular donde no se pide ningún tipo de carnet ni requisito más que la voluntad de mejorar la vida de los alcorconeros y alcorconeras y acabar con la corrupción del bipartidismo. Una fuerza nueva, sin cargas ni errores del pasado capaz de persuadir no solo a los y las militantes tradicionales de Alcorcón sino también a personas que nunca habían militado políticamente, como es el caso de la mayoría de nosotros y nosotras. Cuando creamos este colectivo decidimos hacerlo dentro de Ganar Alcorcón, asumiendo su identidad y sus ideas, las cuales compartimos y defendemos como nuestras. Creemos que Ganar Alcorcón es actualmente la única herramienta política capaz de tomar las instituciones para ponerlas al servicio del pueblo de una manera eficaz y honesta. Creemos que esta plataforma plural es la única capaz de de reconstruir las piernas de esta ciudad para que vuelva a caminar hacia un futuro que sabemos que merecemos, un futuro sin corrupción, sin mafiosos, sin condesas, sin tramas ilegales, sin pisos vacíos, con educación gratuita y de calidad y con una sanidad al alcance de todos. Sin embargo no podemos engañarnos, la pluralidad de Ganar Alcorcón, aunque es amplia, no está ni mucho menos completa. La posibilidad de que Ganar Alcorcón consiga llegar a las instituciones de forma contundente depende inexorablemente de una palabra: unidad. Aún quedan fuerzas políticas muy afines a nuestras ideas fuera de la plataforma. El colectivo de jóvenes Ganar Alcorcón se propuso desde el primer día ser el nexo necesario y la fuerza renovadora que ayude a la consecución de esta unión, porque sin ella el cambio no es posible. Nosotros y Nosotras, en nuestra trayectoria y con nuestros escasos recursos, hemos intentado y vamos a seguir intentando predicar con el ejemplo. Hemos participado en las fiestas alternativas al igual que en nuestra caseta y tenemos la intención de mantener conversaciones y participar en proyectos con otras fuerzas políticas para que la evidencia de  la realidad y la confluencia de ideas venzan a las rencillas y diferencias surgidas en el pasado que son un auténtico lastre para el proyecto en el que participamos. No debemos olvidar que el objetivo político y la solidaridad deben de estar por delante, a pesar de que muchos nosotros somos además de compañeros y compañeras, amigos y amigas. Estamos haciendo política y por cada día que no surgen acuerdos, que no se coopera, que se discute absurdamente, hay gente sufriendo. Gente que nos necesita, a la que no podemos fallar. España y Alcorcón viven una situación de urgencia social donde no hay tiempo para la resta sino para la suma. La atomización de las fuerzas progresistas  y la sectarización es lo que impiden que el cambio sea un movimiento de masas organizado y potente. Nosotros y nosotras como colectivo, por nuestra temprana edad y nuestra nueva llegada a la militancia política tenemos la ventaja de no tener conflictos en nuestro pasado y esto nos da la oportunidad de ser una fuerza renovadora que impulse esta unión.
Confiamos plenamente en el compromiso de todos los participantes de Ganar Alcorcón, sabemos que a pesar de nuestras virtudes como jóvenes también tenemos deficiencias, como la falta de experiencia. Por ello también nos encanta esta plataforma, porque está llena de personas que llevan mucho tiempo luchando por cambiar las cosas, aportando su granito de arena. De ellas estamos dispuestos y encantados de aprender. Creemos que nuestra participación en este proyecto nos hará crecer como personas a todos y quizá por ello también estamos tan ilusionados e ilusionadas.
Como hemos mencionado antes, creemos que los nuevos mecanismos de comunicación son la clave para movilizar a los jóvenes. Nuestro llamamiento carece de requisitos ideológicos marcados. Todos nosotros tenemos nuestras propias ideologías y hemos comprobado que tenemos muchas coincidencias y también algunas diferencias, pero esto jamás ha sido un obstáculo en todas las acciones que hemos llevado a cabo, ni lo será nunca. Tenemos claro que la cooperación tiene que superar expectativas y por ello invitamos a todos los jóvenes de Alcorcón a participar, en la medida que ellos quieran. Nuestro compromiso ante todo es voluntario y somos conscientes de las diferentes preferencias de participación y grados de compromiso, al igual que de la falta de tiempo durante los cursos escolares y universitarios, por ello no hacemos desprecios a ningún tipo de participación, por pequeña que sea. El único requisito que se pide es estar del lado de la gente y no mantener una postura indiferente ante las injusticias que sobrevuelan todos los días nuestra ciudad. Además también tenemos como objetivo demostrar que el compromiso político no tiene por qué ser aburrido ni pesado. Nuestra intención es hacerlo completamente dinámico para que aparte luchar también nos divirtamos, algo que como jóvenes también es nuestro deber.
Nos gustaría concluir este discurso con un fragmento de un discurso dirigido a los estudiantes del chileno Salvador Allende Gossens: <<por eso ser joven en esta época implica una gran responsabilidad, ser joven de México o de Chile, de América Latina (de España). La juventud tiene que asumir su responsabilidad histórica, tienen que entender que no hay lucha de generaciones sino un enfrentamiento social, que es muy distinto. Y si es estudiante darse cuenta de que hay otros jóvenes que como él tiene los mismos años, pero que no son estudiantes, y si es universitario con mayor razón mirar al joven campesino y al joven obrero y tener un lenguaje de juventud, no solo un lenguaje universitario para el estudiante universitario. El que es estudiante tiene una obligación, la obligación de ser un factor dinámico del proceso de cambio. Pero sin perder los perfiles también de la realidad, la revolución no pasa por la universidad y esto también hay que entenderlo. La revolución pasa por las grandes masas, la revolución la hacen los pueblos, la revolución la hacen esencialmente los trabajadores.
Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.
¡¡Viva Alcorcón unido!!

miércoles

"El laberinto griego", por Alberto Arregui y Jordi Escuer



Tsipras ahoga a Syriza en el Rubicón
El laberinto griego



Un jarro de agua helada ha caído sobre los sectores más combativos de la izquierda europea que seguíamos día a día la odisea del pueblo griego, la lucha titánica de la clase trabajadora que había conseguido derrotar a su burguesía en las calles y en el Parlamento, que llevó a sus representantes al Gobierno, y que humilló a los partidos de la burguesía griega en el referéndum dando una bofetada a los planes de la clase dominante europea al rechazar el memorándum del “rescate”. Y después de tantas proezas “su gobierno”, los dirigentes de Syriza encabezados por Alexis Tsipras, han claudicado sin lucha, se han rendido dando la espalda a largos años de lucha.


El gobierno de Tsipras pareció dar un paso audaz y decidido al convocar el referéndum en Grecia, llamando a que su pueblo rechazase las ominosas condiciones impuestas por los administradores del capitalismo europeo.

“Alea iacta est” (la suerte está echada), inmortal frase de César, quizá es la cita en latín más popular del mundo. Indica un alto contenido de riesgo, pues es la misma expresión que se refiere a los juegos de dados. En esta reflexión del genio romano hay una gran cantidad de audacia al aceptar el riesgo de perder la batalla, sabiendo que ya no hay vuelta atrás, que sólo cabe la victoria o la derrota. Por ello transgredió las normas establecidas y cruzó al mando de sus tropas el río Rubicón, para penetrar en Roma enfrentándose a Pompeyo.

Leones dirigidos por corderos

Tsipras ha sido una parodia de un César que llama a sus tropas a entrar en las aguas del Rubicón pensando que esa escenificación sería suficiente para conseguir un trato “entre caballeros”. Ese es, precisamente, el error de todos los “reformistas” del mundo que han encerrado el marxismo en un cajón: ¡no se trata de un diálogo entre caballeros, sino de la lucha de clases!
El Gobierno heleno cometió el peor error: declaró la guerra, desafió al capital y después quedó atrapado por la imprevisión, paralizado por el miedo, tratando de retroceder, y ahogándose. Una vez en la corriente se asustó y se rindió, y ha provocado el estupor, la desbandada, la desorganización y la derrota, no sólo del gobierno sino del Partido, provocando su escisión. Todo ello hace que una victoria de la clase trabajadora griega se haya convertido en una derrota. No hay mejor ejemplo de lo que Alejandro el Grande, hubiese definido como “leones dirigidos por corderos”.
Toda la burguesía europea se frota las manos. Rajoy y la derecha no pierden ocasión para utilizar el ejemplo del Gobierno de Tsipras para alertar contra el “populismo”. Tampoco la dirección del PSOE. De hecho, los dos partidos han votado a favor del tercer plan de ajuste, llamado de “rescate”, en Grecia. Ya se han encargado ellos de contribuir a que las cosas acabaran así, pero sería un error no llamar a las cosas por su nombre: la actuación del Gobierno heleno es equivocada y una derrota. ¿Definitiva? No, pero se ha perdido una batalla y habrá que sacar conclusiones de porqué. Ni debemos justificarle por el acuerdo ni felicitarle por convocar elecciones anticipadas, si no queremos repetir los mismos errores.
Sin embargo, ésa está siendo la actitud de la dirección de Podemos y, por desgracia, también la de parte de la dirección de IU. “El acuerdo es injusto pero lo impone la Troika”. Entonces ¿sólo cabía aceptar el acuerdo? Parece ser que sí. Pero su convocatoria de elecciones es “ejemplar” y hay que apoyar a Syriza. ¿A cuál? ¿A la de Tsipras o a la de Lafazanis? O, en otras palabras, ¿la que vota con la derecha y la socialdemocracia que llevó al país a este desastre, o la que se mantiene coherente con el programa de Syriza y con lo que votó la mayoría del pueblo en el referéndum del 5 de julio?
Convocar unas nuevas elecciones abre la puerta a una posible victoria de la derecha, aliada con los socialdemócratas, por no hablar de los neonazis, lo que sería un desastre para los trabajadores y trabajadoras. El miedo a que eso suceda es lo que puede permitirle a Tsipras vencer. Pero ¿qué política hará ese gobierno? La de recortes a la que le obliga el tercer rescate de la Troika. Esa es una receta para el desastre.

¿Puede sorprendernos la actitud de la Troika?

Al final, la cuestión es si el gobierno de Tsipras podía haber actuado de forma distinta y, por extensión, si un futuro gobierno de izquierdas en el Estado español puede hacer algo distinto o está condenado a seguir los pasos del ejecutivo heleno. Lo queramos o no, al justificar a Tsipras, se refuerzan las críticas del PP y se dice que no tenemos alternativa.
Decir que la culpa es de la Troika, que rechaza cualquier tipo de acuerdo que no sea la rendición, equivale a reconocer que no tenemos alternativa. Sólo quienes pensaban que era posible un acuerdo con las instituciones de UE, del FMI y del BCE, y con las grandes corporaciones empresariales a las que representan, que podían convencerles de que otra gestión de la crisis sería buena hasta para ellos, pueden sorprenderse de lo que ha ocurrido.
Sin embargo, no tenemos ninguna posibilidad de persuadirles. El “austericidio”, los recortes, no son un “error”, una obsesión “ideológica”, sino la defensa de sus intereses de clase a toda costa. Y les está resultando extraordinariamente rentable, como demuestra el incesante aumento del número de ricos en Europa y de la cuantía de sus fortunas. Lo que son es un desastre para la clase trabajadora y la pequeña burguesía.
La Troika, con el Gobierno alemán al frente, ha decidido dar un escarmiento en Grecia, para evitar que cundiera el ejemplo de que otra política es posible. Apenas vieron que el Gobierno de Tsipras no estaba dispuesto a llegar hasta el final, pusieron condiciones aún más duras. No podemos olvidar que días antes del referéndum, Tsipras manda una carta a la Troika aceptando lo fundamental de las condiciones que unos días antes rechazaba [2]. La debilidad invita a la agresión.
Y nadie puede alegar una correlación de fuerzas desfavorable políticamente. La victoria en el referéndum con más del 60% del apoyo, a pesar del “corralito” impuesto por el BCE, pone en evidencia el enorme respaldo con el que contaban para luchar. El problema es que no tenían alternativa, y cuando la Troika se dio cuenta, no lo dudó: exigió la rendición sin paliativos.
Hay dos errores destacables. El primero es que parece que el gobierno de Syriza infravaloró el carácter del enemigo al que se enfrentaba. Se ve incluso por las declaraciones de Varoufakis, diciendo que “ha sido un golpe, pero en lugar de tanques han usado el poder financiero”. Sería de risa de no tener consecuencias tan trágicas ¿cómo puede alguien pensar que no iban a utilizar todos los recursos para someter al pueblo griego? Lo que Varoufakis y los demás debían preguntarse es por qué ellos no se prepararon para eso y por qué acudieron desarmados al campo de batalla. Y ahí está el segundo error, el más grave, los dirigentes de Syriza han infravalorado sus propias fuerzas, las fuerzas de la clase trabajadora y el pueblo griego que han demostrado durante años que estaban preparados para la lucha. Los generales de Syriza no se han atrevido a ponerse al frente de la batalla, han claudicado sin lucha, han dado la espalda a su clase y se han arrodillado ante el enemigo.

Quizá la imagen de la paradoja de este camino al desastre es ver a Alexis Tsipras, formar coalición con los enemigos de ayer, un frente patriótico con Nueva Democracia y con el PASOK, que acababan de sufrir una derrota en el referéndum que los había destrozado, y esa alianza se constituye para llevar a cabo la política que Syriza había prometido combatir.
Tsipras afirma que han logrado que se aborde la reestructuración de la deuda. Pero, cuando ésta se haga, no se hará en beneficio del pueblo sino de los de siempre y, mientras tanto, las privatizaciones, las reducciones de pensiones y la precariedad laboral seguirán creciendo.
Cuando la dirección de IU discutió en julio qué postura tomar en el Parlamento español acerca de la votación sobre el memorándum, algunos dirigentes de IU federal y del PCE defendían “salirse sin votar” y mostrar nuestro apoyo “al Gobierno griego y a su pueblo”. El ala izquierda respondió diciendo: “sólo cabe el voto “no” que es lo que ha votado el pueblo griego, además IU tiene que elegir entre apoyar al Gobierno griego, o apoyar al pueblo griego, pues tras la claudicación de Tsipras ese Gobierno no representa al pueblo”.
Podemos discutir acerca de cómo ha actuado la izquierda de Syriza en esta crisis, y desde luego aceptar que una escisión es siempre un trauma y es muy difícil evaluar qué haríamos en las mismas circunstancias. Pero de algo no cabe duda, no podemos votar contra el plan de rescate y seguir apoyando a Tsipras, Izquierda Unida debe dar todo su apoyo a quienes se opongan al “austericidio”, a quienes mantengan su palabra ante el pueblo y defiendan el programa del socialismo.

Pero sí hay alternativa

“No podemos quedarnos fuera del Euro”. Esa era la gran amenaza por parte de la Troika y el Gobierno alemán, y esa fue la gran excusa del Gobierno de Tsipras. Para empezar, echar a Grecia del Euro no es tan sencillo. Una parte de la Troika temía las consecuencias de la misma.
Pero esa no era la cuestión central. Ahora, con el fracaso de Tsipras, renace la idea de que lo necesario es salir del Euro, pero eso es huir del debate de fondo: el impago de la deuda y tomar el control de la economía griega.
El Gobierno griego debería haber declarado desde el principio una suspensión de pagos de la deuda, lo cual la hubiera puesto en condiciones de mucha más fuerza frente a la Troika y le hubiera ahorrado unos 12.000 millones de euros hasta finales de 2015 [3]. La auditoría de la Deuda que se ha realizado en Grecia ha demostrado que ésta ha sido engordada en beneficio de los bancos alemanes, franceses, etcétera, y de las grandes fortunas de la propia Grecia. La deuda ni se puede ni se debe pagar.
Pero, la segunda cuestión, es que el gobierno de Tsipras debía haber nacionalizado los sectores estratégicos de la economía, empezando por los bancos, para tener el control de la columna vertebral de la misma, proceder a su saneamiento efectivo y usar los recursos de las grandes empresas en beneficio de la mayoría de la sociedad. Pero ni siquiera tomó el control del Banco de Grecia, que sigue dirigido por quien puso el gobierno de la derecha, Yannis Stournaras. Y, de hecho, ha aceptado la privatización masiva de los recursos públicos, que había paralizado hace unos pocos meses.
En realidad, Tsipras renuncia a enfrentarse, no sólo a la Troika, sino a la propia burguesía griega, que es el primer enemigo del pueblo heleno y de su clase trabajadora. Las grandes fortunas griegas que, asociados con los bancos alemanes y franceses, han saqueado el país durante años, tienen más de 80.000 millones de euros en Suiza según los últimos estudios, aunque algunos elevan a 200.000 millones la cantidad de dinero en paraísos fiscales [4].
Para tomar esas medidas no hay que salir del Euro. De hecho, se podría haber emitido moneda en euros —el propio Varufakis preparó un plan para ponerlo en marcha— que le hubiera permitido al gobierno disponer de liquidez.
Por supuesto, podrían haber echado a Grecia del Euro y habría que estar preparado para ello, pero eso es muy distinto a explicar que la solución es salirse. Con euros o dracmas, el impago de la deuda y la nacionalización de los sectores estratégicos es condición sine qua non para lograr salir adelante.

Es la lucha de clases a escala europea

Y es que ahí está uno de los errores de fondo cruciales a la hora de entender lo que está pasando en Grecia y en la Unión Europea: no es un problema de griegos contra alemanes, ni de países del sur contra países del norte. Los capitalistas griegos ya están comprando, asociados con empresas extranjeras —véase el caso de los aeropuertos [5] — las empresas públicas privatizadas.
Igualmente, la derecha y la burguesía españolas que, en teoría, deberían estar interesadas en que Grecia renegociara su deuda y lograra una quita que sentara un precedente, fueron junto con las de Portugal, férreas opositoras a dicha posibilidad. Rajoy no quería quedar en evidencia antes de las elecciones, ni los capitalistas españoles querían un buen resultado en Grecia que pudiera animar un cambio en el Estado español. A fin de cuentas, la deuda la estamos pagando los trabajadores y trabajadoras, puesto que a ellos les va muy bien como atestigua que el número de ricos ha crecido un 40% desde que empezó la crisis.
Por supuesto, dar esos pasos no sería ningún camino de rosas. Sin embargo, Tsipras hubiera tenido el apoyo de firme de la mayoría del pueblo griego y habría podido conquistar la simpatía de los trabajadores y trabajadoras de toda Europa.

Por eso, la alternativa no es la vuelta al redil del Estado nacional, sino ponerse en marcha tomando el control de la propia economía nacional y hacer un llamamiento a crear una nueva Europa de los pueblos, frente a la Europa de los banqueros y las multinacionales, que se fundamente en los derechos sociales y la cooperación y no en la competencia entre los pueblos y la explotación de los trabajadores y trabajadoras.
Que eso es difícil no está en discusión. Pero la alternativa para la mayoría del pueblo griego, que ya ha sufrido una caída dramática de sus condiciones de vida, propia de una guerra, es seguir empobreciéndose. Realmente, como los hechos demostrarán, no tiene nada que perder, salvo sus cadenas. El hecho de que la burguesía europea haya querido dar una lección a la clase trabajadora europea en las carnes del pueblo griego, no es sino el reconocimiento de que temen una movilización política y social a escala europea. Un solo ejemplo de cambio real prendería como una chispa en un barril de pólvora.
Y, pensando ya en las elecciones generales españolas, hay que decir que el programa que esbozamos en estas líneas es el que habría que aplicar aquí. Zapatero ya tomó en 2010 el camino que ahora emprende Tsipras. El mismo que se verá obligado a tomar quien no sea capaz de cuestionar el sistema.

Se equivoca Pablo Iglesias cuando afirma que “nuestro país cuenta con mucha más fuerza como actor en Europa y con unas instituciones públicas capaces de disciplinar a nuestras oligarquías corruptas, improductivas y defraudadoras simplemente haciendo cumplir la ley” [6] . Si no se cambian las relaciones de propiedad, y las instituciones, no hay ninguna posibilidad de garantizar “pan, techo, trabajo y dignidad” a la mayoría de la población. Esa es la lección primera de Grecia y que vale para todos los Estados de la UE.
No hay atajos, es una quimera el fetichismo monetarista que piensa que la denominación monetaria en euros o dracmas o pesetas es la solución, es sólo el miedo a reconocer que sólo cabe abordar la raíz del problema en el sistema económico. Tampoco cabe “el patriotismo” la “recuperación de la soberanía popular”, pues nunca ha existido semejante estado de una Arcadia feliz.
No hay burguesía progresista, no hay “patriotas” entre los propietarios de los medios de producción (las grandes empresas, la tierra, las finanzas…), ha quedado muy claro en Grecia, donde toda la burguesía y sus partidos se han agrupado junto a la troika para combatir el peligro de la revolución social. El referéndum demostró muy a las claras que se trataba de un enfrentamiento de clase contra clase, en las zonas obreras el porcentaje del “oxi” fue aplastante.
No hay revolución democrática a secas, no es una cuestión de libertades, sino de propiedad. No hay libertad sin techo, pan y trabajo, es decir, sin cuestionar la propiedad social de los medios de producción.

La idea que ya defendió Marx en el siglo XIX hoy es aún más vigente: los pueblos europeos se salvarán juntos o se hundirán en común, no hay salvación posible si no se produce una transformación social en todo el continente, el estrecho nacionalismo es un callejón sin salida.
Seguro que el pueblo griego encontrará el camino de salida de este laberinto y, con él, el conjunto de los pueblos de Europa.

Notas

[1] Alberto Arregui es miembro de la Presidencia Federal de Izquierda Unida y Jordi Escuer pertenece a la nueva Izquierda Unida de Madrid.
[2] http://www.lavanguardia.com/economia/20150701/54433134912/tsipras-acepta-ultima-propuesta-eurogrupo-financial-times.html
[3] http://www.vientosur.info/spip.php?article10316
[4] http://blogs.publico.es/eltableroglobal/los-80-000-millones-que-necesita-grecia-estan-en-suiza-y-son-griegos/1211
[5] http://www.infolibre.es/noticias/mundo/2015/08/18/tsipras_entrega_aeropuertos_griegos_una_empresa_alemana_36661_1022.html
[6]   http://elpais.com/elpais/2015/07/18/opinion/1437241765_050702.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Miércoles 2, Debate sobre las elecciones, la izquierda, la confluencia. Caseta de GANAR ALCORCÓN en el recinto ferial



DEBATE SOBRE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES

Con 

Alberto Garzón, Candidato a la presidencia del gobierno de IU

Juan López Uralde, Coportavoz de EQUO

Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid de Ahora Madrid y miembro de Ahora en Común

Esther Rodríguez, Responsable de Acción Institucional del Consejo de la Comunicad de Madrid de Podemos

María Espinosa, miembro de Convocatoria por Madrid

Moderador

 Jesús Santos, Coportavoz y concejal de Ganar Alcorcón


Miércoles 2 de Septiembre 
19:00 h 
Caseta de Ganar Alcorcón en el Recinto Ferial (Parque de la República)