martes

SALVEMOS LA ATENCIÓN PRIMARIA. Concentración en Alcorcón. 14 de diciembre, 11h, Plaza Las Fraguas, frente al Centro de Salud Doctor Trueta

 

Concentración 14 de diciembre a las 11 horas

 

Centro de Salud Doctor Trueta de Alcorcón (Plaza de las Fraguas) 


VECINO, VECINA, ACUDE!

 
 
 
 

 

viernes

¿Qué está pasando con la energía en el mundo?, por Jordi Escuer de la Cruz y Jorge Martínez Crespo

¿Qué está pasando con la energía en el mundo?

¿Qué está pasando con la energía en el mundo?

Jordi Escuer de la Cruz y Jorge Martínez Crespo1

El encarecimiento de la energía no es un fenómeno únicamente español; está afectando a todo el planeta con graves consecuencias para la mayoría de la población, que cada vez tiene más dificultades para tener acceso a este bien básico. En China, por ejemplo, está habiendo racionamiento de la energía, y el gobierno ha decidido incrementar las importaciones de carbón de Australia relajando las medidas que reducían su uso en beneficio de las renovables2. En Europa está alcanzando precios récord y se teme el riesgo de desabastecimiento de gas este invierno. ¿Cuáles son las razones de fondo?

El precio de la energía, como el funcionamiento de la economía, parece un misterio sólo apto para iniciados. Desde el ámbito de la izquierda necesitamos hacer un esfuerzo para explicar porqué está disparándose el precio de la energía y cuáles son las alternativas. Para la inmensa mayoría de las familias es una cuestión vital. En el estado español un 41% de la población, algo más de 19 millones de personas, tiene dificultades para hacer frente al pago de la factura energética doméstica3. Y eso era en 2018, antes de la situación de subida de precios actual y el impacto económico de la pandemia sobre las familias.

Y sus consecuencias van más allá de la propia subida de la luz, el gas o la gasolina, ya de por sí bastante graves. La energía determina el coste de casi todos los productos o servicios. Es un componente básico de prácticamente toda la actividad económica. Por ejemplo, la subida del gas ha provocado la paralización de factorías de fertilizantes en varios países, y los expertos se preguntan cuáles van a ser las consecuencias en la producción de alimentos4 y su inmediata incidencia sobre la alimentación de la población.

¿Por qué está subiendo el precio de la energía en todo el planeta?

No hay un solo factor. La especulación en los mercados es uno muy importante. La desregulación de los mercados de materias primas y de energía a finales de los años 90 del siglo pasado, abrieron las puertas a una especulación rampante de los grandes fondos de inversión con todo aquello que es vital para la sociedad, incluida la energía5.

«La escasez de combustibles fósiles es algo que las grandes compañías energéticas saben desde hace décadas, que los científicos y el movimiento ecologista han denunciado durante el mismo tiempo y que, ahora, revela sus consecuencias sociales.»

En el caso de la energía eléctrica, el sistema llamado marginalista, que se emplea en la Unión Europea, paga toda la energía contratada en el mercado al precio del último Megavatio hora (MWh) aceptado. Esto permite a las compañías energéticas vender energía de origen hidroeléctrico a precios de gas, cuando su coste de producción es muy inferior. Este perverso mecanismo de precios es una pieza más de un sistema que trata de convencernos de que es posible la competencia en un mercado oligopólico, en el que tres compañías producen, distribuyen y comercializan la gran mayoría de la electricidad6, como es el caso español. Eso lo estamos conociendo más ahora, porque lo estamos sufriendo especialmente. Habría que añadir que estas compañías llevan décadas recibiendo decenas de miles de millones del erario público en multitud de conceptos. Pero la razón última de que este negocio sea tan rentable es que se trata de una necesidad vital para cualquier familia y, aunque se encarezca, somos consumidores “cautivos”, la energía se trata de pagar por todos los medios, como la vivienda (es lo que los economistas llaman, una “demanda inelástica”, ya que no tiene bien sustituto en el corto plazo). Eso se suma a que la producción energética a gran escala requiere de enormes inversiones, a las que sólo pueden hacer frente grandes empresas o los Estados. No es de extrañar que sea tan rentable y que peleen con uñas y dientes contra cualquier “injerencia pública” en este negocio.

En última instancia, sin embargo, el factor decisivo para entender qué está pasando con la energía reside en que cada vez hay menos combustibles fósiles disponibles, a lo que se suma su inevitable y urgente sustitución por energías renovables, ante la grave amenaza del cambio climático. La escasez de combustibles fósiles es algo que las grandes compañías energéticas saben desde hace décadas, que los científicos y el movimiento ecologista han denunciado durante el mismo tiempo y que, ahora, revela sus consecuencias sociales.

¿Qué está sucediendo con los combustibles fósiles?

  1. La producción de petróleo convencional, el que es más accesible y eficiente, alcanzó su cénit en 2005-2006, con 70 millones de barriles diarios. Desde entonces, ha ido cayendo paulatinamente. En 2018, la producción fue de 67 millones de barriles7. Son datos de la Agencia Internacional de la Energía ( AIE).
  2. Los petróleos no convencionales, no son una alternativa viable (bitumen, fracking, biocombustibles…). Las empresas norteamericanas de fracking, aunque han repartido dividendos, no son rentables (gastan más de lo que ingresan) y están extraordinariamente endeudadas8. Su Tasa de Retorno Energético (TRE) es muy pequeña: se gasta casi tanta energía en extraerlo como la que se obtiene del proceso. Y son extraordinariamente contaminantes. Algo similar sucede con los petróleos extrapesados, como el bitumen. En el caso de los biocombustibles, además de una bajísima TRE, detraen tierras para la producción de alimentos e inciden sobre el precio de algunos alimentos básicos (el maíz, por ejemplo), y deterioran gravemente la biodiversidad.
  3. El gas natural también empieza a aproximarse a su pico. En Europa, los dos principales países suministradores de gas, Rusia y Argelia, han llegado a su pico de producción y la tendencia de la misma empieza a ser descendente. Rusia, posiblemente, lo ha alcanzado en 2020, año desde el que ha empezado a declinar su producción. La puesta en marcha del nuevo gaseoducto Nord Stream 2, por el fondo del mar Báltico, no cambia esa realidad. A corto plazo, hay que contar con que Rusia tiene poco gas almacenado para hacer frente al invierno, igual que Europa, —en un contexto que la demanda asiática ha crecido un 19% los ocho primeros meses del año— lo que implica que, aunque llegara el gas suficiente a Europa este invierno, los precios seguirán subiendo muy probablemente9. Argelia también muestra un descenso de la producción de gas en 202010.
  4. Europa ha tratado de paliar la disminución de la llegada de gas de los países productores cercanos, con gas licuado. Pero el gas licuado sigue un proceso mucho más costoso económica y energéticamente, pues hay que licuarlo enfriándolo y llevarlo almacenado en tanques especiales, para posteriormente realizar el proceso inverso. Todo eso da más motivos para que el precio del gas siga subiendo11.
  5. El carbón tampoco es una solución. Aunque esperaban que el pico de producción se alcanzase entre 2040 y 2050, la realidad es que es muy posible que éste ya se haya alcanzado. A partir de ahora, extraerlo será más costoso. Además, no puede reemplazar al petróleo, aunque es imprescindible para la producción de materiales esenciales como el acero12.

Estas son las razones por las que, en última instancia, sube el precio de la gasolina, del gas y de la electricidad: hay menos energías fósiles disponibles y son más costosas de obtener. Hay que aceptar que la energía disponible se irá reduciendo. Además, si queremos evitar que el cambio climático sea aún más desastroso social y ecológicamente, debemos reducir drásticamente el consumo energético de dichos combustibles. Y eso no es fácil, pues entre el 70 y el 80% de toda la energía que hoy utilizamos, son de origen fósil.

«Las ilusiones que existen en las organizaciones sindicales del sector del automóvil en el futuro del coche eléctrico son un espejismo.»

De hecho, las energías renovables no pueden sustituir a las energías fósiles de un modo tal que permita mantener un nivel de gasto energético equivalente. Son renovables, pero también tienen limites físicos en cuanto a su disponibilidad, además del carácter intermitente en su generación. No se podrán instalar aerogeneradores de forma indefinida, pues el viento necesario para producción solo está disponible en determinados emplazamientos13 y los recursos minerales para construirlos, incluida la energía, tampoco son infinitos14. Lo mismo sucede con las placas solares.

El sistema tiende a reproducir los modelos existentes, pero eso ya no será posible. No es viable replicar un parque automovilístico similar al que tenemos con vehículos eléctricos. Las baterías utilizan minerales como el litio (Li) y el cobalto (Co), cuyas existencias son limitadas. No hay metales suficientes, al menos con las tecnologías actuales, para permitir un parque automovilístico de dimensiones similares al actual, además de la ingente cantidad de energía eléctrica que requeriría para su funcionamiento. Según la propia AIE, de aquí a 2040, para poder llevar a cabo los planes previstos para la llamada transición energética se necesita que la extracción anual de litio se multiplique por 42, la de grafito por 25, la de cobalto por 21, la de níquel por 19 y la de tierras raras por 7. Hoy por hoy, las reservas conocidas de estos materiales son mucho menores15 de las que harían falta para alcanzar ese nivel de producción16. Además, su producción es extraordinariamente contaminante y consume muchos recursos (agua, por ejemplo).

Las ilusiones que existen en las organizaciones sindicales del sector del automóvil en el futuro del coche eléctrico son un espejismo. Igual que las del Gobierno que está cediendo a los planes de las grandes compañías energéticas y automovilísticas, y compromete una enorme cantidad de recursos públicos (muchos más que en Sanidad o Vivienda) a unos proyectos que son un callejón sin salida y un despilfarro de recursos que necesitaríamos para otro modelo de desarrollo. Hoy, dar una alternativa al sector del automóvil exige un replanteamiento sostenible del modelo de transporte, apostando por alternativas colectivas como el ferrocarril, además de un análisis más amplio que aborde tanto la reducción de jornada, sin disminución salarial, para repartir el empleo, como la creación efectiva de puestos de trabajo alternativos en otros ámbitos. Es la única forma que tendrían los trabajadores y trabajadoras del sector para disponer de una plataforma reivindicativa potente que permitiese defender sus derechos ante los planes de despido de la patronal, y ganar apoyo social. Ignorar esa realidad es enfrentar la lucha sindical que se avecina con las manos atadas a la espalda.

Entonces ¿no hay solución?

No hay una solución fácil, el problema es muy grave, pero sí hay un camino posible que recorrer para salir de esta situación. Lo primero es reconocer la realidad. Lo segundo aceptar que vamos a disponer de menos energía y que, sin embargo, eso no implica que tengamos que vivir peor, sino de otra forma.

Hace un año, en el Reino Unido, un estudio de la Universidad de Leeds planteaba que en 2050, con una población mundial de 10.000 millones de seres humanos, se podría vivir con un 40% de la energía que empleamos hoy. Y bien, con “servicios altamente eficientes para cocinar, mantener los alimentos o lavar la ropa; 50 litros de agua por persona al día con 15 litros de agua caliente para el baño, una temperatura en los hogares de 20° todo el año, acceso a ordenadores conectados a las tecnologías de la información, y una red de transporte que proveería entre 5.000 km y 15.000 km al año por persona, además de un servicio de sanidad universal y una educación gratuita para todos entre 5 y 19 años»17.

Los autores plantean que, para lograrlo, es necesario un uso mucho más eficiente de la energía, una reducción drástica del consumo global y acabar con las desigualdades. Esto último es una condición social decisiva. No es posible resolver el problema social y ecológico que sufrimos sin poner fin a las desigualdades sociales que vivimos. Algo que hemos aprendido con la pandemia, que salud y desigualdad social están íntimamente relacionados, está plenamente vigente en otros ámbitos de la vida.

La energía tiene que ser un servicio público

Se podría pensar que, dado que la subida de los precios de la energía es producto de la inexorable declinación de los combustibles fósiles, no es posible culpar a las compañías energéticas de los altos precios. Pero ahí está el quid de la cuestión, precisamente porque los recursos energéticos son cada vez más escasos, es imprescindible una planificación energética que no podemos dejar en manos de las grandes compañías privadas. Éstas actúan con el mismo criterio que cualquier otra empresa capitalista: obtener la mayor rentabilidad posible. Por eso están exprimiendo el negocio petrolero hasta la última gota disponible, aunque nos estén llevando a una catástrofe ecológica y social.

La conclusión es que la energía, que es un bien social de primera necesidad, no puede quedar ni en manos privadas ni del mercado. Tiene que recuperar su esencia como servicio público.

En la mayoría de los países desarrollados la producción eléctrica ya está en manos de empresas públicas18. Se trata de dar un paso más en esa dirección. La producción energética debería tratarse como un bien público, igual que el agua, el aire, la sanidad…

«La creación de empresas públicas energéticas es un paso adelante que, como demuestran múltiples ejemplos, está dando buenos resultados. Pero no deberíamos sembrar esperanzas en que el objetivo es competir en el mercado con el oligopolio y, así, poder “perfeccionarlo”, sino que su objetivo es avanzar hacia la conversión completa del sector mediante la nacionalización de los grandes monopolios.»

Pero no basta que sea público. Esa es una condición imprescindible para romper la lógica de la competencia por el máximo beneficio. Hace falta, además, que esas empresas públicas sean administradas democráticamente (hacia adentro, con la participación de sus trabajadores y trabajadoras en las decisiones de funcionamiento, y hacia fuera, con la participación democrática de la ciudadanía). Y que sean administradas con un criterio que prime el interés social y el reconocimiento de los límites ecológicos que nos marca la naturaleza. Pedir a una compañía capitalista que trabaje para reducir sus beneficios, que es lo que se les pide ahora a las compañías energéticas, es una contradicción en un mundo capitalista. Siempre buscarán la forma de contravenir ese objetivo.

Algunos nos objetarán, con razón, que convertir en públicas las compañías energéticas, no hará brotar más petróleo de donde no hay, ni una transición energéticamente sostenible. Y es cierto, pero precisamente por eso, hemos de garantizar la mejor administración posible de un bien tan preciado.

Además, la generalización de las energías renovables no puede hacerse sin una combinación con los grandes medios de producción energéticos. Es un proceso de reemplazo que tiene que ir coordinado.

Las energías renovables no son eficientes a gran escala, por eso es decisivo su uso de forma descentralizada y distribuida por el territorio, lo más cercana posible a los puntos de consumo. La autoproducción y las comunidades energéticas son un ejemplo de modelo a seguir, que permite ahorrar en el consumo de importantes cantidades de energía, y por tanto, reducir la producción y distribución de energía eléctrica. Además, hay que investigar en el desarrollo de otras formas de uso, más eficientes, que la solar y eólica, como proponen los expertos. Eso es un problema para las grandes compañías, que esperan conservar el monopolio a base de vendernos la gestión centralizada de su uso, con las nuevas tecnologías digitales.

Por el contrario, las energías renovables, por sus características, son una ocasión única de democratizar la producción y gestión energética, ponerlas en manos de sus usuarios. Pedirle a un oligopolio privado capitalista que haga eso pensando en el interés social, es una quimera y está condenado al fracaso.

La creación de empresas públicas energéticas es un paso adelante que, como demuestran múltiples ejemplos, está dando buenos resultados19. Pero no deberíamos sembrar esperanzas en que el objetivo es competir en el mercado con el oligopolio y, así, poder “perfeccionarlo”, sino que su objetivo es avanzar hacia la conversión completa del sector mediante la nacionalización de los grandes monopolios.

«…hoy no se puede dar una alternativa al problema del precio de la energía sin considerar su esencia como bien público, el problema de la escasez de recursos energéticos, la transición energética hacia un sistema basado en energías renovables, el decrecimiento del consumo, y la propiedad social de las grandes empresas productoras.»

Por eso, la izquierda necesita debatir a fondo estas cuestiones, organizando encuentros entre los expertos y las organizaciones sociales y sindicales, para discutir cómo debe hacerse la transición energética para que sea justa socialmente y sostenible ecológicamente. Es una discusión de plena actualidad en cualquier empresa y en cualquier barrio. Así, por ejemplo, parte del vecindario de Villaverde, un distrito de Madrid, ha podido llevar a cabo una rehabilitación energética de sus casas que les ha permitido comprobar cómo es posible ahorrar hasta un 60% en calefacción y vivir en mejores condiciones20. Ese modelo es exportable: la inmensa mayoría de las viviendas en los distritos y ciudades obreras periféricas a las grandes urbes fueron construidas entre los años 60 y 70, y necesitan reformas (energéticas, ascensor…). Además, en los próximos años, se repartirán más de 6.000 millones de euros de fondos europeos en ayudas a la rehabilitación21 ¿por qué no crear empresas públicas que, en colaboración con empresas sociales, realicen esas reformas? Eso permitiría crear empleo estable y de calidad en los propios barrios. Pero si no se pelea y se plantean alternativas, lo normal es que ese suculento negocio acabe en manos de las grandes compañías energéticas y constructoras, que lo subcontratarán en condiciones penosas para sus trabajadores. Como se ve, estamos ante una discusión de mucho calado práctico para la vida de la clase trabajadora.

En conclusión, hoy no se puede dar una alternativa al problema del precio de la energía sin considerar su esencia como bien público, el problema de la escasez de recursos energéticos, la transición energética hacia un sistema basado en energías renovables, el decrecimiento del consumo, y la propiedad social de las grandes empresas productoras. Hay que exigir que se garantice a toda la población el acceso a la energía suficiente para vivir con dignidad, para lo cual es urgente movilizarse para defendernos del oligopolio energético. El Gobierno ha dado un primer paso para frenar el precio de la electricidad, pero ya estamos viendo que es insuficiente —los precios siguen subiendo— y las grandes compañías se han rebelado contra las medidas en un auténtico pulso al Ejecutivo, que empieza a mostrar su debilidad. Las medidas se muestran claramente insuficientes. Por eso, hay que intensificar la movilización contra el oligopolio, nacionalizar las empresas energéticas, planificar el sistema energético futuro y convertir la producción y distribución de energía en un auténtico servicio público.

Notas

1 Jordi Escuer y Jorge Martínez son miembros de la Coordinadora de IU Madrid. Jorge es Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid.

2 https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11419665/10/21/La-crisis-energetica-en-China-es-muy-grave-Pekin-se-rinde-y-empieza-importar-carbon-australiano.html

3 https://elpais.com/elpais/2019/02/20/3500_millones/1550664003_825237.html

4 Los precios mundiales de los alimentos ya están en máximos de una década. Ahora se teme que la situación empeore a medida que China lucha por gestionar sus cultivos de maíz, soja, cacahuete o algodón.

En las últimas semanas, varias plantas se han visto obligadas a cerrar o reducir la producción ante la presión de unos gobiernos regionales que intentan cumplir con los objetivos de emisiones marcados por Pekín. Este ha sido el caso de las procesadoras de soja que trituran los granos para producir harina para la alimentación animal y aceite para cocinar. Los precios de los fertilizantes, uno de los elementos más importantes de la agricultura, se están disparando, golpeando a los agricultores que ya se tambalean bajo la presión de los crecientes costes. https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11424190/10/21/La-crisis-energetica-de-China-ya-afecta-al-mundo-desde-la-comida-a-los-iPhone-sufren-las-consecuencias.html

5 https://www.elsaltodiario.com/electricas/juan-laborda-lo-que-no-se-dice-sobre-subida-precio-luz

6 https://www.elsaltodiario.com/economia-justa/por-que-no-baja-el-precio-de-la-electricidad

7 Turiel, Antonio. Petrocalipsis: Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar (Spanish Edition) (p. 22). Editorial Alfabeto. Edición de Kindle.

8 https://crashoil.blogspot.com/2014/09/la-ilogica-financiera.html

9 https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-09-03/russia-has-a-gas-problem-nearly-the-size-of-exports-to-europe

10 https://crashoil.blogspot.com/2021/09/la-crisis-del-gas.html

11 https://crashoil.blogspot.com/2021/09/la-crisis-del-gas.html

12 En resumen, aunque el carbón seguramente vaya a seguir siendo un combustible importante durante las próximas décadas, el principio de su decadencia queda cerca (si no es que se ha superado ya) y en modo alguno va a poder sustituir al petróleo, sino tan solo proporcionar cierta ayuda momentánea. Además, a largo plazo, el retroceso del carbón va a traer consigo otros problemas asociados, tales como el encarecimiento —incluso la disminución— de la producción de electricidad y la falta de acero de nueva fundición. Turiel, Antonio. Petrocalipsis: Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar (Spanish Edition) (p. 63). Editorial Alfabeto.

13 https://www.ecologistasenaccion.org/11170/limites-de-la-energia-del-viento/

14 https://crashoil.blogspot.com/2021/08/limitaciones-geofisicas-al-potencial.html

15 https://crashoil.blogspot.com/2021/06/relatos-de-un-ingeniero-en-transicion.html

16 Para saber más sobre la relación entre la transición a las energías renovables y las necesidades de materiales, recomendamos el trabajo de Alicia Valero, profesora de la Universidad de Zaragoza: Límites minerales de la transición energética. https://www.researchgate.net/publication/334480232_Limites_minerales_de_la_transicion_energetica

17 https://www.eldiario.es/ballenablanca/365_dias/investigadores-muestran-vivir-2050-demanda-energia-60_1_6431271.html

18 “Según la OCDE, las empresas con participación pública suponían el 62% de toda la producción global de electricidad mundial en 2016. Y hasta en 11 países de la OCDE más del 50% de la electricidad se genera en empresas con distintas fórmulas de participación pública”. Eléctrica pública: ¿Una utopía?, Pere Rusiñol, Alternativas Económicas, nº 95, octubre de 2021

19 La comercializadora pública Barcelona Energía, impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona, “ha supuesto un ahorro de costes para el Ayuntamiento de 1,36 millones desde julio de 2018” y “el recibo de la luz de los particulares (hogares y empresas) también está entre el 10 y el 15% más barato”. Su director explicaba que su “misión no es aumentar los beneficios para repartir dividendos, con lo que podemos ajustar los márgenes para dar un servicio más barato y, además, enfocado a la transición verde, con fuentes renovables y el objetivo de reducir el consumo”. Eléctrica pública: ¿Una utopía?, Pere Rusiñol, Alternativas Económicas, nº 95, octubre de 2021

20 https://www.eldiario.es/ballenablanca/365_dias/rehabilitacion-energetica-viviendas-primera-persona-cambia-vida_1_7963826.html

21 Ibídem.

Renuncias masivas, expedientes disciplinarios y caos en la urgencia del Hospital de Alcorcón, el elsaltodiario.com

 SANIDAD PÚBLICA

Renuncias masivas, expedientes disciplinarios y caos en la urgencia del Hospital de Alcorcón 

 

 Urgencias del hospital de Alcorcon

 

 

 





Pacientes en los pasillos de las Urgencias del hospital de Alcorcón. Imagen cedida  

Los sindicatos denuncian la renuncia de una decena de facultativos, la baja por presiones de seis médicos y la aperturas de expedientes disciplinarios para “callar voces” en las urgencias de este centro, que se llenan de pacientes en los pasillos.

@SPlazaque   Coordinadora de sanidad en El Salto. 31 ago 2021 12:24
 

Pacientes esperando a ser atendidos por los pasillos durante este verano. La estampa, que se ha repetido durante el mes de agosto en el Hospital Universitario Fundación de Alcorcón (HUFA), es la consecuencia de un conflicto laboral por el que se ha producido la “huida” de profesionales del servicio de urgencias, tal y como denuncian los sindicatos.

Desde el sindicato médico Amyts cifran en una decena de médicos los que han renunciado a una plaza fija para trabajar en este centro tras conseguirla en una Oferta Pública de Empleo (OPE) y desde CCOO alertan de que seis facultativos han sido dados de baja por presiones en el hospital. Así, el servicio de urgencias funciona actualmente con solo dos tercios de la plantilla, lo que ha dificultado la atención a pacientes, especialmente en verano.

“Han estado cambiando los turnos de un día para otro, no dejan librar a la gente y ante la protesta del personal la gerencia ha respondido abriendo un expediente disciplinario al exjefe de urgencias”

 “Han estado cambiando los turnos de un día para otro, no dejan librar a la gente y ante la protesta del personal la gerencia ha respondido abriendo un expediente disciplinario al exjefe de urgencias, al que consideran cabecilla, dejándole sin empleo y sueldo durante un año”, explica José Antonio Crespo, portavoz de CCOO Sanidad Madrid en este hospital. Este sindicato ha interpuesto ya seis demandas contra la gerencia del hospital por acoso laboral, despidos o irregularidades en los procesos de selección de personal.

“Hay dos médicos que llevaban 16 y 17 años trabajando en la urgencia y se presentaron a la OPE. Durante la fase de entrevistas las dos jefas de urgencias les excluyeron y han seleccionado a residentes con experiencia de uno o dos años, que han sido a su vez alumnos de ellos”, explica Crespo, para quien estas exclusiones han sido motivadas “por su forma de reclamar las conciliaciones”.

La consecuencia: una merma en la calidad asistencial con una plantilla insuficiente. “Tendría que haber 12 médicos por la mañana y en el día de hoy solo hay 8. Como no contratan sustitutos, bajan sanitarios de otras especialidades. En urgencias puedes ver a un médico otorrino viendo a pacientes con problemas de traumatología”, explica el portavoz de CCOO.

El modo de proceder de la jefatura está salpicado por “la dificultad para conseguir días libres, el desastre en la organización de las planillas y la culpabilización que sufre quien solicita una reducción de jornada”

Desde el sindicato médico Amyts alertan de que el modo de proceder de la jefatura está salpicado por “la dificultad para conseguir días libres, el desastre en la organización de las planillas y la culpabilización que sufre quien solicita una reducción de jornada”.  “Una jefatura de Urgencias que, para más inri, parece haber descubierto en la apertura de expedientes disciplinarios su única forma de actuar” y todo para “silenciar las voces discordantes”. Desde este sindicato exigen el cese de las dos jefas de urgencias, así como la dimisión del director asistencial del centro.

Y todo durante una quinta ola y además con unas 64 camas cerradas durante la época estival. “Han tenido que abrir algunas deprisa y corriendo y  no encuentran enfermeras ni auxiliares. El punto neurálgico del hospital, que es la urgencia, está destrozado”, concluye Crespo. 

 

 

martes

XV Mundialito Antirracista de Alcorcón. Fiestas Alcorcón 2021

 Tras el paréntesis del año pasado, vuelve el Mundialito Antirracista!

Con normas adaptadas a estos tiempos, y el cupo de equipos cubierto (a 31/08).

Fantástica iniciativa que se celebra en nuestro barrio anualmente desde el año 2006.

 http://elmundialito.net/

 


lunes

Las luces y las sombras del acuerdo de pensiones", por Jordi Escuer y Juanjo Vallejo

 

Las luces y las sombras del acuerdo de pensiones

Hay que tomar la iniciativa en la defensa de las pensiones públicas

Jordi Escuer y Juanjo Vallejo*

Los logros alcanzados en el acuerdo sobre las pensiones obedecen a dos razones: la movilización de los pensionistas y la dependencia de Unidas Podemos que tiene la dirección del PSOE para poder gobernar. Se demuestra, una vez más, que merece la pena luchar y, desde la movilización, lograr la máxima representación posible en las instituciones hasta conquistar la mayoría en ellas. Pero el acuerdo, además de luces tiene sombras, que se proyectan sobre lo que queda por negociar, que es lo más peliagudo. Y desde la izquierda transformadora toca dar alternativa.

El pacto recoge pasos adelante sobre la contrarreforma del PP de 2013: incrementa las pensiones conforme al IPC medio; deroga el factor de sostenibilidad, que pretendía bajar las pensiones en proporción al aumento de la esperanza de vida y que hubiera supuesto una caída de las pensiones de casi el 40%1; blinda la cláusula de salvaguarda, que protege los derechos de los trabajadores de mayor edad que perdieron su empleo en la crisis de 2013, que no encuentran trabajo, y que les permite acogerse a la legislación más favorable para su jubilación; equipara las parejas de hecho a los matrimonios en materia de pensión de viudedad; y establece que quienes trabajen como becarios coticen a la Seguridad Social.

La derecha ha criticado el acuerdo, pero la patronal lo ha firmado. Para los empresarios es positivo, aunque «desde luego no con la profundidad que se requiriere para conseguir que en el futuro podamos tener un sistema que sea sostenible y que sea pagable»2, refiriéndose a las medidas que van a terminar determinando la cuantía de las pensiones del futuro, el “mecanismo de equidad intergeneracional” o la posibilidad de ampliar el periodo de años computados para calcular la pensión. Igual que el PSOE tiene que hacer concesiones a UP, porque es su principal apoyo para poder gobernar, la patronal debe llegar a acuerdos con el Gobierno, por mucho que el PP y Vox se indignen.

A pesar de los logros, el acuerdo anticipa los problemas pendientes que amenazan con agravarse en la segunda parte de la negociación, que abordará la parte del león del asunto. La patronal lo firma porque espera que las concesiones de ahora tengan su recompensa en esos aspectos. Son conscientes de que, ahora, no hay mayoría absoluta de la derecha y que deben buscar otra vía para aplicar la política que desean.

Se acepta el atraso de la edad de jubilación de 2011

El primer problema del acuerdo es que supone la aceptación tácita de que hay que atrasar la edad de jubilación. Y así lo remarca la propia patronal cuando dice que «se da un paso para conseguir alargar la edad de jubilación real, pero creo que las medidas en profundidad están por llegar»3.

El pacto sobre pensiones de CCOO y UGT con el gobierno de Rodríguez Zapatero en 2011, acordó elevar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. El acuerdo actual da por hecho que esta medida se va mantener y va a incentivar tanto la jubilación a edades más avanzadas, como penalizar la jubilación anticipada, todo orientado al “acercamiento voluntario de la edad efectiva a la edad legal de jubilación”.

Es más, no hay ninguna garantía de que los 67 años sean el punto final. El propio Gobierno en su propuesta España 2050 afirma: “España ya ha establecido el incremento progresivo de la edad legal de jubilación hasta los 67 años en 2027. Aunque no es un umbral bajo en el contexto europeo, constituye un límite estático que puede quedar obsoleto a medida que aumente la longevidad4 (el subrayado es nuestro).

Es muy llamativo que se hable de “solidaridad intergeneracional” reiteradamente, cuando lo que ya se da por válido es que las próximas generaciones se jubilarán dos años más tarde que nuestros padres. Eso es la aceptación de un recorte del salario diferido del conjunto de la clase trabajadora.

La cuantía de las pensiones sigue en el alero

También está la cuestión de cuál va a ser la cuantía de las pensiones futuras. El Gobierno es el primero que contempla la posibilidad de reducir la “tasa de sustitución”5 mediante cambios legales,6 es decir, que la pensión que finalmente se pague sea menor que las actual. En el Reino de España dicha tasa es de las más altas de la Unión Europea, pero no podemos perder de vista que el salario medio español es de los más bajos de la zona euro7, y eso se refleja en que la pensión media supera por muy poco los 1.000 euros8.

Y aquí, de nuevo, el acuerdo da por válida otra de las medidas que se acordaron en 2011: el aumento de 15 a 25 años de los años computados para establecer la cuantía de la pensión. Según el propio ministerio de Seguridad Social, ampliarlo de 15 a 22 años ya supuso un recorte del 3,9% en la mitad de las pensiones de 2019. ¿Darán más pasos en esa dirección? El ministro Escrivá tiene la voluntad de hacerlo. Y, con las cifras de su ministerio de nuevo, ampliarlo a 35 años supondría otro reducción del 6,3% en las pensiones resultantes9.

En otras palabras, estamos ante la aceptación de un recorte de las pensiones que se produjo en 2011, y todo indica que la mayoría del gobierno, la patronal y las instituciones europeas quieren que se profundice en ese camino.

La propia derogación del factor de sostenibilidad va unida a su sustitución por un “nuevo mecanismo de solidaridad intergeneracional”, que entraría en vigor en 2027. ¿En qué consistirá? En las medidas enviadas a Bruselas a principios de este año por el Gobierno, se planteaba reemplazarlo por un nuevo instrumento que, además del aumento de la esperanza de vida, tuviera en cuenta otros factores (como la relación entre el número de ocupados y el de pensionistas, entre otros). El objetivo sería “evitar que un coeficiente reductor automático –tal y como estaba diseñado en la reforma de 2013– “cargue exclusivamente sobre los pensionistas el coste del aumento de la esperanza de vida”10 (el subrayado es nuestro). Como podemos ver, los planes siguen siendo reducir el gasto en pensiones.

A pesar de que el acuerdo incluye las transferencias del Estado para cubrir el incremento previsto del gasto en pensiones, éstas sólo van a cubrir la mitad del mismo. Es mejor que antes, pero ¿de dónde va a venir la otra mitad? Pues la otra parte vendrá, fundamentalmente, del retraso de la edad de jubilación a 67 años y de que la edad efectiva de la misma se acerque a esa edad legal11.

Cambiar el enfoque para dar alternativa y pasar a la ofensiva

Si aceptamos la lógica del sistema, difícilmente podremos escapar de ella. Con un nivel de paro que, desde finales de los años 70, oscila entre 2 y 6 millones de personas, ¿qué sentido tiene obligar a las trabajadoras y trabajadores a jubilarse cada vez más tarde? En la práctica se condena a muchos de quienes tienen más de 55 años a ser parados de larga duración y, los más afortunados, a prejubilarse con recortes en la pensión. Y la juventud, con la mayor tasa de paro de la UE, es la primera perjudicada.

Entonces, si no nos falta fuerza de trabajo, ¿por qué atrasar la edad de jubilación? Se puede entender si vemos quién se beneficia de esta política: el conjunto de las grandes empresas, que tienen garantizado un amplio mercado de mano de obra barata, en el que la oferta siempre excede la demanda y permite mantener los salarios en niveles cada vez más bajos y las condiciones laborales más precarias. Ahí reside el secreto de la llamada “competitividad”, es decir, disponer de mano de obra a “precios competitivos”.

Con un añadido, el sector financiero espera captar cada vez más dinero del ahorro de los sectores con mejores salarios mediante fondos privados de pensiones, esta vez de empresa. El Pacto de Toledo ha dejado la puerta abierta de par en par a la creación de fondos de pensiones de empresa, complementarios de las pensiones públicas. Es un contrasentido: si faltan recursos para pensiones, ¿por qué dirigir dinero a fondos privados de empresa? ¿no sería mejor dedicarlos a fortalecer el sistema público? Se abre la puerta a un sistema en el que cada vez el sistema público pesará menos, y más irá al privado, facilitando a las grandes corporaciones, tanto financieras como de otro tipo, el acceso al ahorro de la clase trabajadora, como se hace en otros países como Estados Unidos, Países Bajos o Gran Bretaña.

Los cambios que la crisis del coronavirus está precipitando están teniendo como consecuencia el despido de muchas personas en las grandes empresas (banca, industria…). Y esto es sólo el principio de lo que va a suponer los cambios tecnológicos y de otro tipo en los sectores viejos. Los avances en la productividad, que permiten hacer más con menos tiempo de trabajo, deberían transformarse en mejores condiciones de vida y trabajo. Pero eso no es automático, pues el capitalismo tiende a convertirlo todo en más rentabilidad, que implica más explotación. Sólo la lucha de la clase trabajadora organizada puede oponerse a esa dinámica.

El sistema siempre busca un trasvase de renta de la clase trabajadora a la capitalista, recortando salarios o ampliando la jornada laboral con la misma remuneración (o ambas cosas), recortando el salario indirecto (sanidad y educación pública y el conjunto de servicios públicos) y recortando el salario diferido (las pensiones). Si queremos ir en la dirección contraria, un trasvase de renta de la clase capitalista a la clase trabajadora, lo primero es cambiar la lógica con la que se está abordando la situación.

El mes de junio había 3.614.339 de personas desempleadas12. Las personas que tienen entre 60 y 64 años son tres millones13. Si tenemos en cuenta que, de media, trabaja un 50% de las personas en esa franja de edad14, si la jubilación se anticipase a los 60 años, harían falta 1,5 millones de personas para sustituirlas utilizando el contrato de relevo.

Dar este paso costaría 24.575 millones de euros15, el 1,97% del PIB de 2019. Es una cantidad muy grande, pero es poco más de la tercera parte de lo que cada año se renuncia a cobrar en impuestos, por tener una de las fiscalidades más bajas de la Unión Europea, en beneficio de las grandes empresas16. Y también es bastante menos que los dividendos distribuidos anualmente por las compañías no financieras, más de 80.000 millones en 201917. Por tanto, no es ningún disparate. Es una cuestión de elegir cuál es nuestra prioridad: pensiones dignas o rentabilidad privada.

Una jubilación a los 60 años, con una pensión nunca inferior al SMI, sería perfectamente compatible con la posibilidad de que, quien quisiera, pudiera seguir trabajando, no por necesidad sino porque realmente su trabajo le gusta y es útil a la sociedad. Y de esta manera se daría una salida a muchas personas que sufren condiciones de explotación penosas en sus empleos y que llegan con la salud muy deteriorada a los 65 años. Eso, además de ser algo de justicia y humanidad, generaría grandes ahorros en gasto sanitario mejorando la calidad de vida de millones de personas.

Una parte de una alternativa integral

Esta medida debería combinarse con una reducción de la jornada laboral sin disminución salarial, y un desarrollo del sector público y de la economía social en todos los terrenos. No sólo en el de los cuidados y los servicios públicos (sanidad, educación, transporte…), sino en el productivo. ¿Por qué no se lidera la transición ecológica desde empresas públicas y empresas sociales que trabajen desde los barrios y localidades, creando empleo digno y fijando población en ellos? ¿Por qué no emplear los fondos de la UE en proyectos de colaboración público-social? ¿Acaso no crea riqueza una empresa pública cuando rehabilita o construye una vivienda, o instala un sistema de energía renovable?

El desarrollo de una economía no capitalista, basada en la cooperación y la participación democrática, con salarios y condiciones de trabajo decentes, cuya prioridad sea atender las necesidades sociales y hacerlo de forma ecológicamente sostenible, es la única garantía de disponer de un sistema de pensiones públicas digno en el futuro. Eso es defender una alternativa socialista y democrática hoy.

El sistema capitalista rechaza toda medida que merme la rentabilidad privada, aunque esa política suponga un desastre social tras otro. Reducir la jornada laboral sin disminución salarial, subir el salario mínimo hasta el 60% del salario medio, anticipar la edad de jubilación a 60 años y procurar unas pensiones que permitan vivir adecuadamente o una renta básica que evite que nadie quede en la miseria cuando pierde su empleo, son medidas que abrirían la puerta a una sociedad mejor que la actual, pero que no son compatibles con la competencia capitalista por el máximo beneficio. Y todo eso, conviene recordarlo cuando analizamos cómo afrontar esta situación.

Pelear por un buen sistema publico de pensiones demanda, en primer lugar, desenmascarar los intereses que hay detrás de los planes que se pretenden. La correlación de fuerzas actual en el Parlamento, no puede impedir hacer esa labor ni disuadir de la necesidad de dar alternativa. Es la forma de combinar nuestra presencia en el Parlamento y en el Gobierno, con alentar la movilización para contrarrestar la presión de los poderes económicos y políticos al gobierno.

La movilización de los pensionistas no puede quedar aislada, sino que debe unirse a la de los jóvenes y a la de todos los sectores y estratos de la clase trabajadora, así como a todas las partes de la sociedad que sufren unas condiciones de vida cada vez peores. Para eso debemos sumar reivindicaciones y convertirlas en una alternativa articulada e integral. Hay que emplear tiempo en poner en común estás ideas en el conjunto de la izquierda transformadora y sindical, y llevar el debate a la gente, de forma que se entienda y vincule a los problemas cotidianos. Para que un joven vea que, cuando se lucha por las pensiones, se está peleando por la juventud, y viceversa, cuando nos movilizamos por el empleo digno para los jóvenes, se está peleando por unas pensiones decentes en el futuro.

Notas

1 El IRP, resalta el ministerio de José María Escrivá, podía traducirse en una pérdida acumulada de poder adquisitivo de hasta el 37% para los pensionistas a lo largo de su vida. https://www.infolibre.es/noticias/economia/2021/01/21/la_reforma_enviada_bruselas_mantiene_ajuste_pension_segun_esperanza_vida_ampliacion_del_periodo_calculo_115678_1011.html

2 Declaraciones del presidente de la patronal madrileña (CEIM), Miguel Garrido https://www.elcorreo.com/economia/pensiones/pensiones-20210629140346-ntrc.html

3 Ibídem.

4 ESPAÑA 2050, página 222.

5 La tasa de sustitución hace referencia a la relación entre la pensión y el salario. En España es de un poco más del 70%, lo que implica que las pensiones equivalen, de media al 70% del salario percibido antes de la jubilación.

6 A su vez, una reducción de la tasa de sustitución, debida a cambios legales sobre el cálculo de las pensiones o a un mayor crecimiento de los salarios asociado a un mayor incremento de la productividad, también podría reducir el gasto en pensiones sobre el PIB. Por ejemplo, la reducción de dicha tasa de sustitución en 6 puntos contendría el gasto en pensiones en más de 2 puntos”. España 2050, página 225. (El subrayado es nuestro).

7 https://www.idealista.com/news/finanzas/laboral/2020/08/31/786879-los-espanoles-cobran-casi-500-euros-menos-al-mes-que-la-media-europea-asi-estan-los

8 La pensión contributiva media en España es, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, de 1.017,97 euros mensuales. https://www.elcorreo.com/economia/tu-economia/pension-media-nuevas-jubilaciones-2021-1484-euros-al-mes-20210108075900-nt.html

9 https://www.infolibre.es/noticias/economia/2021/01/21/la_reforma_enviada_bruselas_mantiene_ajuste_pension_segun_esperanza_vida_ampliacion_del_periodo_calculo_115678_1011.html

10 https://www.infolibre.es/noticias/economia/2021/01/21/la_reforma_enviada_bruselas_mantiene_ajuste_pension_segun_esperanza_vida_ampliacion_del_periodo_calculo_115678_1011.html

11 Unos 21.000 millones de euros al año, “la mitad de la cantidad necesaria para mantener el sistema con un aumento del 50% en el número de pensionistas que se producirá a partir de la década de 2040”, explica el responsable de Políticas Públicas de CCOO, Carlos Bravo.

Actualizar las pensiones según suba la inflación supondrá, además, un aumento de gasto de 2,5 puntos del PIB hasta 2050, explican fuentes del Ministerio de Seguridad Social. Según sus cálculos, el aumento de ingresos que se conseguirá con otra de las medidas del acuerdo, acercar la edad efectiva de jubilación –64 años y seis meses– a la edad legal –66 años en 2021, irá ampliándose gradualmente hasta llegar a 67 años en 2027–, permitirá cubrir 1,3 puntos de ese gasto adicional. El resto, añade Carlos Bravo, se sufragará con el aumento de las bases máximas de cotización o el nuevo sistema de cotizaciones por ingresos reales de los autónomos, dos propuestas que deberán diseñarse en la segunda fase de la negociación de la reforma. “También el crecimiento de la actividad económica, la subida del SMI y el cambio de modelo productivo servirán para elevar los ingresos por cotizaciones del sistema”, concluye.

https://www.infolibre.es/noticias/economia/2021/06/29/el_acuerdo_escriva_sindicatos_patronal_entierra_reforma_las_pensiones_rajoy_122212_1011.html

12 Paro registrado.

13 Personas entre 60 y 64 años, 1 de enero de 2021. Total nacional ambos sexos (INE, enero 21)

60 años 644.806

61 años 624.692

62 años 607.662

63 años 590.685

64 años 549.081

Total 3.016.926

14 España 2050, página 211.

15 1.170,26 (pensión contributiva media) x 14 pagas x 1,5 millones = 29.490 millones de euros

16 La media de la UE es del 41,1% del PIB, mientras que en España es del 35,4%. Eso supone un 5,7 puntos del PIB, que en 2019 hubiesen supuesto 70.949,04 millones. https://www.eldiario.es/economia/baja-recaudacion-iva-sociedades-impuestos-verdes-lastran-objetivo-espana-llegar-presion-fiscal-europea_1_7922312.html

17 Y esa cifra era solo la mitad del beneficio neto. Es decir, no es casualidad que el número de millonarios y la cuantía de sus fortunas lleve años creciendo ininterrumpidamente. De crisis a crisis: una década perdida para los trabajadores

Lecciones económicas para la próxima reactivación. Abril de 2020. Servicios de Estudios de UGT

https://www.ugt.es/sites/default/files/de_crisis_a_crisis-2008-20193.pdf

* Jordi Escuer es miembro de la Coordinadora regional de IU Madrid y Juanjo Vallejo es asesor jubilado de UGT y miembro de la Coordinadora regional de Ezker Anitza.

 

 

martes

"¿Disfruten de lo votado? No, piensen en Trump", por Agustín Moreno

 

¿Disfruten de lo votado? No, piensen en Trump

Agustín Moreno

Diputado en la Asamblea de Madrid por Unidas Podemos

 

Imagen de archivo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. - Juanjo Martín / EFE
Imagen de archivo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. - Juanjo Martín / EFE

En Madrid se están produciendo importantes movilizaciones vecinales contra los ataques del Gobierno del Partido Popular a la Sanidad Pública y su intento de desmantelar la Atención Primaria. La reacción de muchas personas en las redes sociales es: "Disfruten de lo votado" en las elecciones autonómicas del 4 de mayo. Entiendo por qué lo dicen: los actos tienen consecuencias y votar a Díaz Ayuso puede tenerlas y muy negativas. Pero no puedo estar de acuerdo con una afirmación que me parece injusta, parcial y paralizante.

Es injusta, porque podría equivaler a aquel "¡Que se jodan!" que gritó la diputada del PP, Andrea Fabra, cuando Rajoy, que tenía mayoría absoluta, anuncio un recorte de prestaciones a los parados. Aquello me pareció tan repugnante que, como decía el emperador Marco Aurelio, la mejor venganza es no ser como ellos. Probablemente, en esa afirmación también hay un ribete de antimadrileñismo. Puede tener su explicación porque, al histórico rechazo al centralismo, se suma la imagen de chulería y prepotencia que ha transmitido Ayuso como si también lo fueran la mayoría de los habitantes de Madrid. Créanme, nada tiene que ver ese retrato rancio del cayetanismo, con la mayor parte de esta ciudadanía que es un precipitado de diversidad, un tutti fruti amable y acogedor.

 

Los datos de las elecciones son claros, pero también complejos. Que el PP haya quedado como primera fuerza en determinados barrios populares que ahora se movilizan, no significa que haya ganado las elecciones en ellos. Por ejemplo, en Puente de Vallecas, el PP sacó el 27,52% de los votos, pero la suma de la izquierda fue del 61,63%. En Villaverde, el PP obtuvo el 33,69% y el bloque progresista un 54,24% ¿Por qué van a renunciar estos barrios a salir a la calle?

Y las causas de lo sucedido son aún más complejas. Seguro que la izquierda ha cometido muchos errores. Y hará mal si no los analiza a fondo, hace autocrítica y saca conclusiones que le permitan mejorar. Pero hay que acertar al explorar su origen. Por ejemplo, se dice que la izquierda no habló de propuestas en la campaña y eso que las tenía de forma abundante. Ojalá se hubieran podido debatir, pero no hubo espacios para ello una vez que Ayuso decidió no ir a los debates y era imposible hacerlo con una ultraderecha vociferante. No olvidemos que Ayuso ha ganado con un programa en blanco, porque no podía poner en él que su propuesta era acabar con todo lo público y gobernar en favor de los poderosos.

El colmo de la propaganda política es conseguir que se vote a aquellos que gobiernan en contra tus intereses. No es nuevo. Ya desde la conquista del sufragio universal masculino, la estrategia de las élites burguesas era conseguir mantener el poder político, sabiendo que por ley el dueño de la fábrica tenía un voto frente al de cientos de sus trabajadores. Y se emplearon a fondo en ello. Desarrollaron la manipulación ideológica, el poder de los medios de comunicación, la importancia de tener los púlpitos a su favor, la compra de dirigentes obreros y la desmoralización de la mayoría. Y en situaciones extremas, se rompen las reglas democráticas y se reprime con dureza para inocular un miedo que conduzca al "tú no te metas en política".

También tiene un papel muy destacado la inversión en adoctrinamiento y en fomentar la ignorancia. ¿Por qué creen que la educación es un importante campo de batalla para las derechas y la Iglesia? Porque saben muy bien que la escuela pública forma ciudadanos informados, críticos y comprometidos. Ellos prefieren controlar la transmisión de valores conservadores, individualistas y de sumisión al sistema. Porque para que nada cambie, tienen la necesidad de que haya un bajo nivel de cultura política.

Quien piense que tienen lo que se merecen los que han votado al PP y a Vox, deben recordar que los derechos humanos son universales, es decir para todos y todas sin excepción. Lo que supone que toda persona, por el hecho de serlo, debe poder disfrutar de una buena educación y sanidad públicas, hayan votado a quien hayan votado. Que los votantes tengan contradicciones, refleja que falta un escudo cultural y crítico en la ciudadanía, y que habrá que seguir trabajando para neutralizar el bombardeo de la propaganda que blanquea ideologías muy peligrosas para la convivencia y la justicia social.

Que una fuerza política haya ganado unas elecciones no le da patente de corso para actuar con total desprecio a los derechos de los demás. Muchos madrileños no quieren recortes en Sanidad Pública y su privatización, aunque hayan votado a Ayuso y a su programa en blanco. Lo han hecho porque no han sabido poner el bocadillo de calamares y la caña, en el contexto de lo que significan las políticas ultraliberales. Dudo que muchos votantes del PP conozcan, por ejemplo, que en EEUU los enfermos ingresados en el hospital por covid han pagado más de 23.000 dólares por su tratamiento y que en bastantes casos han acabado en la ruina.

Decir "que apechuguen con lo votado", además de que suena a reproche vengativo, resulta paralizante. Porque los derechos democráticos no se acaban con el sufragio universal. También tenemos otros derechos fundamentales como la libertad de expresión y de denuncia, el derecho de reunión, de manifestación y de huelga para impedir que acaben con los bienes comunes de todos. Ganar las elecciones no da derecho a atropellar los derechos sociales, ni obliga a aceptar pasivamente los ataques a conquistas históricas. Es una obligación moral y democrática movilizarse cuando se convierte a los servicios públicos en un territorio para el saqueo y se desprecia a la ciudadanía.

Todas las personas tenemos derecho a equivocarnos, también las que hayan votado opciones políticas contrarias a sus intereses. Y, por supuesto, derecho a rectificar y a pensar más las cosas en futuras elecciones. Está claro que el conjunto de la izquierda no consiguió el 4 de mayo el apoyo electoral para poder formar un Gobierno decente y de progreso en Madrid. Pero no hay que agrandar lo que, por importante que sea, es solo una derrota electoral. No olviden lo que decía José Saramago: "La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva". Habrá que seguir realizando propuestas, creando organización y unidad, saliendo a la calle, sembrando flores y sueños. Y si les falta esperanza o confianza en sus fuerzas, hagan lo que yo: cuando vean a Ayuso, piensen en Trump.

 

 

 

sábado

10 Aniversario del 15M “Tomando Las Calles”

 

Este año se cumplen 10 años del nacimiento del movimiento #15M, el movimiento que lleno las plazas de indignación, empoderamiento y alternativas ciudadanas

 

martes

La "libertad" de Ayuso en coalición con la extrema derecha o el cambio en Madrid 26 años después, en eldiario.es

La "libertad" de Ayuso en coalición con la extrema derecha o el cambio en Madrid 26 años después 

El PP da por hecha la victoria y sueña con la mayoría absoluta mientras que la izquierda defiende que el vuelco está a 50.000 votos en los barrios del sur. 5.112.658 electores deciden este martes el Gobierno de Madrid y un nuevo ciclo político con muchas incógnitas: si los indecisos dan una oportunidad a la suma de las tres izquierdas, el papel de Vox si resulta clave para la reelección de la presidenta madrileña, la supervivencia de Ciudadanos, el rol de Pablo Iglesias en Unidas Podemos o la consolidación de Más Madrid como partido