En Madrid existían alternativas a la aprobación del Plan Económico de Montoro
“Montoro ha conseguido que haya
recortes y que el mejor concejal de economía del país ya no esté
poniendo los recursos económicos al servicio de la mayoría social”.
Cristóbal Montoro. MONCLOA
El pasado 18 de diciembre seis concejales
de Ahora Madrid decidieron no votar el Plan Económico Financiero que se
presentó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, motivo por el cual la
alcaldesa Manuela Carmena cesó al delegado de Economía, Carlos Sánchez
Mato, por ser uno de ellos y mostrarse en contra del citado documento.
Algunas voces han señalado que aquí se dibujaban únicamente dos
opciones: o aprobar un plan económico dictado por Montoro que incluye
importantes recortes presupuestarios, o sucumbir a la dolorosa
intervención del Ministerio de Hacienda. Pero esto no es en absoluto
cierto por varios motivos que se expondrán a continuación.
Es importante recordar que el ataque realizado por Montoro sobre el Ayuntamiento de Madrid es de carácter 100% político, aunque se disfrace con tecnicismos
como “Regla de Gasto” o “Plan Económico Financiero”. El gobierno de
Ahora Madrid ha demostrado con creces que otra política económica es
posible, puesto que en apenas dos años y medio ha incrementado la
inversión social en un 74% y las inversiones en infraestructuras en un
102%, al mismo tiempo que ha reducido la deuda en más de un 40% y
registrado superávit por más de 1.000 millones de euros. Toda una proeza
que atenta contra el discurso manido de los fanáticos de la austeridad
con el que se alega que los recortes en el gasto público son necesarios
para cuadrar las cuentas. Y para que este exitoso caso de
anti-austeridad no se convirtiera en ejemplo a imitar en otras zonas del
país, el gobierno del PP con Montoro a la cabeza puso todo su empeño en
dinamitarlo.
Para ello recurrió a la Regla de Gasto,
un criterio que limita el gasto público independientemente de la
cantidad de ingresos que haya. Pero lo hizo retorciendo la
interpretación de esta regla hasta llevarla a un punto no recogido en la
legislación, al mismo tiempo que denunció en los tribunales
determinadas inversiones del consistorio. Se trató de un evidente maltrato discriminatorio,
ya que a ningún otro ayuntamiento del país se le han exigido jamás
tantísimos recortes ni se le ha intentado parar las inversiones. Prueba
de que Montoro exigía recortes exagerados utilizando una interpretación
ilegal de la Regla de Gasto es que los técnicos funcionarios del
Ayuntamiento no sabían a qué normativa o instrucción atenerse para
elaborar el Plan Económico exigido por el Ministerio, o que la propia
plataforma informática del Ministerio rechazara la introducción de los
datos del Plan, o que el propio órgano fiscalizador del sector público
(AIREF) haya reconocido que Madrid tiene las cuentas saneadas y que no
entiende la insistente tutela del Ministerio. Montoro quería dar un
castigo ejemplar al gobierno de Ahora Madrid, y no le importaba si se
saltaba sus propias leyes y normas. Por eso desde el Ayuntamiento de
Madrid denunciamos en los tribunales este atropello ilegal.
La última resolución enviada en noviembre
por el Ministerio instaba a realizar un plan económico que recogiera
recortes de más de 552 millones de euros, pero no aclaró cuándo había que realizar ese plan económico. No había prisa por hacerlo.
Sin embargo, por alguna razón, desde el Ayuntamiento se quiso aprobar
este documento inmediatamente. Así, se ordenó al área de Economía del
Ayuntamiento hacer ese plan económico. El plan lo elaboraron los
técnicos del área, no Carlos Sánchez Mato, que ni era su plan ni estaba
de acuerdo con aprobarlo. Carlos Sánchez Mato ha cumplido, con lealtad,
con sus obligaciones procedimentales hasta el último día. Otra cosa son
sus posicionamientos políticos, donde no se le puede obligar a apoyar
algo que no comparte, que no ha elaborado y que considera un grave error
político y económico, especialmente cuando ello no se ha debatido en
ningún espacio de Ahora Madrid. Por eso, dada la importancia de la
votación, desde Izquierda Unida solicitamos que se consultara a las
bases de Ahora Madrid su opinión al respecto, pero fuimos ignorados.
Desde el equipo de Carlos Sánchez Mato
proponíamos una alternativa diferente: no hacer todavía el plan
económico y esperar a que terminara 2017, ya que lo más probable era que
cumpliésemos ese año la Regla de Gasto y nos librásemos así de la
tutela del Ministerio. Ganar tiempo era la mejor estrategia,
porque se podían ganar los recursos en los tribunales (insisto en la
atrocidad en términos jurídicos cometida por el Ministerio) o se podía
cambiar la Regla de Gasto en el Congreso de los Diputados gracias a una
proposición de Unidos Podemos en cuyo diseño participamos.
En cualquier caso, y poniéndonos en la
peor de las situaciones, acorde al segundo punto del artículo 25 de la
Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, la
hipotética intervención de Montoro supondría el envío de funcionarios
del Ministerio que aplicarían exactamente los mismos recortes que va a
aplicar ahora el gobierno de Ahora Madrid. Es decir, en el peor de los
casos el coste económico sería el mismo y el coste político lo sufriría
únicamente el gobierno de Rajoy y no el gobierno de Ahora Madrid.
Por eso es falsa la disyuntiva presentada
al comienzo de este artículo. Había opciones diferentes a la de aprobar
los recortes de Montoro, todas menos dolorosas para el proyecto
político de Ahora Madrid y para el bienestar de la ciudadanía madrileña.
El Plan aprobado recoge un recorte de más
de 552 millones de euros, un 13% del presupuesto. Concretamente recoge
un recorte bestial del 55% en inversiones. Estos datos pueden
consultarse en la página web del Ayuntamiento.
No ha habido ningún elemento positivo en
la aprobación del Plan. El Ayuntamiento ni siquiera puede beneficiarse
del desbloqueo de las inversiones recién ordenado por el PP a cambio de
la aprobación de los recortes. Si los 120 millones de euros en
inversiones que se acaban de desbloquear no se tramitan hasta la fase
presupuestaria de autorización del gasto en los seis días hábiles que
quedan, se perderán por completo (así queda estipulado en la disposición
adicional nonagésima sexta de PGE 2017). Y que se tramiten a tiempo es
hartamente improbable porque para ello es necesario que las unidades
gestoras finalicen los expedientes –que incluyen memorias técnicas y
económicas–, que la Intervención municipal los fiscalice (en una época
de congestión por ser final de año) y que los órganos de contratación
firmen los correspondientes decretos. Además, aunque nos situásemos en
el caso imposible e idílico de aprobación de esos 120 millones, no
compensarían el recorte de 533 millones.
Por otro lado, los recortes ni siquiera
se podrán compensar con las Inversiones Financieramente Sostenibles
porque 1) actualmente no hay marco legal para aprobar estas figuras y
probablemente hasta marzo no lo habrá, y porque 2) no sirven para obras
de construcción nueva, como escuelas infantiles o centros de mayores;
así como por otras limitaciones de carácter administrativo.
Tampoco sirve el argumento de que como el
Ayuntamiento de Madrid no es capaz de ejecutar todo el presupuesto y
siempre sobra dinero a final de año, los recortes no afectarán apenas al
Ayuntamiento. En realidad, que a final de año no se ejecute todo el
presupuesto no quiere decir que se pueda prescindir de un presupuesto
bien dotado. Todos los proyectos y todas las obras necesitan tener
presupuesto para poder licitarse y adjudicarse, independientemente de
que el último día del año el proceso no se haya finalizado por completo y
sobre algo de dinero. Si no hay suficiente presupuesto las obras no se
pueden iniciar porque es condición indispensable tener y “apartar” ese
dinero para ello, aunque a final de año no se haya utilizado toda la
cantidad apartada.
Por último, celebrar que Montoro se haya retirado es absurdo. Se ha retirado porque el Pleno ha aprobado sus brutales recortes.
Montoro se va porque se ha salido con la suya: ha conseguido que haya
recortes y que el mejor concejal de economía del país ya no esté
poniendo los recursos económicos al servicio de la mayoría social.
En definitiva, desgraciadamente con la
aprobación de este Plan Económico solo gana Montoro y los fanáticos de
la austeridad, mientras que pierden los madrileños y madrileñas y el
necesario y precioso proyecto de confluencias que representa Ahora
Madrid. Es una pena que así haya sido cuando existían alternativas que
podían haberlo impedido. No obstante, ni que decir tiene que esto es
solo una batalla y que aún queda mucha lucha por librar.
Eduardo Garzón ha sido asesor del concejal Carlos Sánchez Mato en el Ayuntamiento de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario