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Contra la alianza reaccionaria Casado Rivera Abascal. Votar y Luchar






Ante las elecciones generales del 28 de abril de 2019 el Consejo editorial de Trasversales considera especialmente conveniente votar contra la alianza reaccionaria, neoliberal y machista de Casado, Rivera y Abascal.

Evitar la presencia de PP, Cs y Vox en el gobierno que surja tras elecciones no sería la derrota definitiva del proyecto reaccionario, pero estaríamos en mejores condiciones para enfrentarlo, sobre todo si también somos capaces de construir colectivamente contrapoderes sociales y de recuperar la complicidad positiva que unió a tantas personas en la fase ascendente del movimiento 15M.

1. Poco se ha dicho en campaña de los principales problemas sociales: la exclusión habitacional, las consecuencias del "cambio climático", la desigualdad entre mujeres y hombres, el deterioro del sistema sanitario, la amenaza contra las pensiones, la segregación educativa, la pérdida de derechos laborales, la pobreza y la precariedad, el éxodo de la juventud, el vaciamiento rural, la arbitrariedad corporativa y reaccionaria dominante en la Administración de Justicia, el autoritarismo, la represión del activismo social, la criminalización del adversario y la persecución de las opiniones molestas, la amenaza de una recentralización autoritaria y que reprima la diversidad de las regiones y nacionalidades o naciones que hoy forman España. Esos son los problemas a tener en mente el 28A.

2. La alianza reaccionaria tiene una propuesta consistente: nuestros problemas son su programa. Para ellos, los ricos pagan muchos impuestos, el salario mínimo es excesivo, las pensiones también, hay que poner más viviendas en manos de especuladores, el feminismo es excluyente y los hombres están/estamos criminalizados, si un partido, un colectivo o una televisión les molesta se le ilegaliza y ya está, si hay malestar en Cataluña con el tipo de vínculo con España se anula la autonomía y se recentraliza todo. Y tiene un método: el disciplinamiento social y la provocación de enfrentamientos en el seno de las clases populares, atizando los peores prejuicios.

La alianza reaccionaria es fruto de la crisis del PP y del contexto global. No es "la derecha" sin más. Sus referencias son Trump, Putin, Bolsonaro, Salvini u Orban. Su objetivo inmediato es el gobierno de España, su estrategia la conformación de una hegemonía reaccionaria, liquidar los logros sociales que hoy cuentan con un amplio consenso social y aplastar toda resistencia.

3. Las principales opciones "progresistas" han generado justificada decepción, por motivos diversos; las elecciones andaluzas las ganó la tríada reaccionaria porque en las zonas populares más castigadas y abandonadas socialmente creció mucho la abstención. Pero no se trata de votar sólo si creemos que alguna candidatura se lo merece, sino de votar contra la alianza reaccionaria porque la inmensa mayoría de la población no se merece, no nos merecemos, lo que nos traería la victoria de PP, Cs y Vox ni un gobierno completamente hostil a las clases populares y a las mujeres. Y cuando un gobierno tan reaccionario actúa en connivencia con los grandes poderes económicos y la "alta sociedad" su capacidad de hacer daño es muy grande.

4. Por otra parte, las opciones "progresistas" son claramente diferentes a la alianza reaccionaria, aunque no sean lo que deberían ser, ni tampoco son iguales entre sí. Recordemos la furia de Casado, Rivera y Abascal contra las insuficientes y tardías mejoras sociales aprobadas en los últimos meses, como la importante subida del salario mínimo, la hoja de ruta hacia la equiparación del permiso de paternidad con el de maternidad, la autorización para que ayuntamientos y comunidades autónomas con superávit en 2018 puedan utilizarlo en 2019 y 2020, la abolición del "impuesto al Sol" y otras. Ni puede equipararse el actual gobierno de coalición en el País Valenciano con sus predecesores del PP.
Nadie nos ha regalado nada ni nos lo regalará. Todo se ha conseguido con el esfuerzo social, de las mujeres en rebelión, de las y los pensionistas, de las y los adolescentes y jóvenes que nos dicen que no tenemos un "Planeta B", del compromiso y el riesgo asumido por las PAH-stopdesahucios, etc. Pero las condiciones en que se desarrollarán esas luchas no son indiferentes al tipo de gobierno que haya.

5. Votar contra la alianza reaccionaria es un voto de autodefensa ante un riesgo inminente. Es un voto para posibilitar algunas mejoras tempranas, aunque no estén aseguradas. Es un voto para ganar tiempo en un contexto global muy reaccionario. Necesitamos tiempo para organizarnos, unirnos, aprender. Y en España un gobierno sostenido por PP, Cs y Vox supondría una aceleración regresiva que en nada conviene. Necesitamos tiempo para que las dinámicas de lucha de las mujeres, de pensionistas, de jóvenes, de cualquier franja que se movilice por causas justas, se contagien y sin perder su espontaneidad y autonomía cuajen más, sedimenten, en herramientas sociales de asociación y movilización.

6. Abstenerse el 28A sería un grave error. Pero mayor error sería creer que con votar es suficiente o que es "lo más importante". Pues eso es creer que el cambio social lo protagonizan los gobiernos.

Si conseguimos parar a la alianza reaccionaria en las urnas, si se forma un "gobierno progresista", habrá que reclamar que cumpla sus compromisos, así como otras acciones con las que no se haya comprometido. Y habrá que defenderse de él. Movilizarse y organizarse, construyendo a la vez un horizonte de transformación más ambicioso. Por eso votaremos, sin ilusiones en líderes salvadores. No sólo porque hayan decepcionado, sino porque en un mundo dominado, aunque no controlado, por oligarquías y por un capitalismo desenfrenado lo que un gobierno con “buenas intenciones” puede hacer es limitado. Esos límites sólo podrán ser rotos desde abajo y desde muchos lugares.

¿Y si finalmente triunfa esta derecha? Es una posibilidad con la que hay que contar. Puede ocurrir. Pues bien, tras nuestra insistencia en que hay que tratar de impedirlo votando, ahora diremos que no sería "el fin del mundo". Si la alianza reaccionaria obtuviese mayoría para gobernar, lo vamos a pasar mal. Muy mal. Pero nada estará decidido. Las luchas principales no habrán quedado a nuestras espaldas, las tendremos por delante. Si las libramos. Así que nada de "exiliarse", ¡a agruparse y a actuar pase lo que pase en las elecciones!

El triunfalismo cuando no hay horizonte de victoria es peligroso. El derrotismo que nace tras las derrotas parciales, también. Quizá nunca ha sido más necesario en los últimos 40 años atender a Gramsci:
Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza”. Vuestra, nuestra.

En todo caso, votar el 28A, actuar siempre.


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