viernes

El Chojín. Rapero comprometido “El color de la piel desaparece cuando se apaga la luz”


El Chojín. Rapero comprometido

“El color de la piel desaparece
cuando se apaga la luz”



 

Intérprete, compositor y escritor, es representante del rap conciencia con el que denuncia la violencia, el racismo o la drogadicción sin utilizar tacos o insultos. Nacido en Torrejón de Ardoz (Madrid), de padre ecuatoguineano y madre extremeña, figura en el Guinness World Records por rapear 921 palabras en un minuto con su canción Vo-ca-li-za. Durante cinco meses ocupó un espacio semanal dentro de “Las noticias de la tarde”, en la 2 de TVE, haciendo una crónica resumen a ritmo de rap.
 
El Chojín (pronúnciese Choyín), Domingo Edjang Moreno, fue el encargado de poner la música al Festival de cine del Sahara en su octava edición, celebrada en el campamento de refugiados de Dajla. Antes de su actuación nos concedió esta entrevista. Todavía no había tenido lugar el 15-M

Por: Iñaki Chaves
De Tribuna de los servicios a la ciudadanía, nº 10. julio 2011






Eres ingeniero aeronáutico de formación.
¿No crees que hace falta mucha ingeniería para afrontar la sociedad que nos ha tocado vivir? y ¿qué hay de esa ingeniería en tus temas? 
Además de ingeniería hace falta otra cosa, el respeto al otro con independencia de su origen, su color o su tendencia sexual. A partir de ahí se puede conseguir todo. Si tú respetas, aceptas y
valoras desaparecerían la mayoría de los conflictos. Es un valor que se puede enseñar y que todo el mundo anhela pero casi nadie da pasos para conseguirlo. En mis temas influye la ingeniería tal vez en la manera de estructurar lo que quiero decir.
Cuando estudias ciencias puras todo tiene un desarrollo lógico que te lleva a una conclusión. De eso no me puedo escapar. Nosotros somos comunicadores y tienes que ser fiel a lo que quieres decir. Aplico la lógica a mis temas. Soy un flipado.
Afirmas con contundencia que “el mundo es una mierda” 
Tal vez lo que quiero decir es que hemos hecho que el mundo sea una mierda. Lo creo y es palpable, por ejemplo lo vemos aquí en el Sahara. Para intentar solucionarlo hay que empezar por lo que te decía antes: el respeto. 
Además de tomar conciencia de ello, que la gente no se conforme con los pequeños triunfos sin valor que, en el caso de España, se traducen en tener maquinita de vídeo juegos, varios coches, derrochar la energía,…
Porque el mérito del poderoso es hacernos creer que las cosas no pueden cambiar. Tenemos que darle la vuelta a ese mensaje, hacer lucha social.
Sabemos que existe el conflicto del Sahara pero no hacemos nada serio para cambiarlo.
Tu música quiere contribuir a la lucha social porque el rap y el hip-hop son movimientos sociales dentro de la música 
De hecho es lo que son. El hip-hop es un movimiento social que viene de la lucha de los negros por sus derechos civiles en EEUU en los ´50 del siglo pasado. Esa filosofía de compromiso social se queda en una de sus manifestaciones que es el rap. Es un tipo de música que bebe de esa filosofía, yo no puedo entenderlo si no es así. 
El título de tu último trabajo es El ataque de los que observaban. ¿Será que miramos mucho sin hacer nada? 
Sí. Matizo que son los que observaban porque lamentablemente hay muchos que ni siquiera observan. Las redes sociales me han dado la buena noticia de que hay mucha gente que observa, que es consciente de que las cosas están mal. Pero falta el paso adelante. Quería dar una palmadita
en la espalda y decir “venga, hagamos algo”. Faltan el compromiso y la participación.
Al margen de los textos de tus canciones, ¿qué propuestas haces para conseguir eso? 
Creo en el asociacionismo porque la democracia, como la conocemos hoy, es un concepto complicado que no nos atiende como le pedimos. Cuando somos capaces de expresar lo que queremos por nosotros mismos, sin esos representantes que no conocemos ni nos conocen, es cuando estos de las “corbatas bonitas” se enteran de que existimos y nos prestan atención. Porque realmente somos sus “jefes” y hay que recordárselo.
No crees que en la multiculturalidad está el problema y en la interculturalidad la solución 
Tengo la suerte, aparte de que viajo bastante, de tener dos países, lo que te hace entender que hay diferentes maneras de vivir. Entender al otro como igual, respetarlo, es enriquecedor. Creo que hay
un problema muy importante y es que nos han convencido de que somos distintos. Nos han  encasillado en grupos distintos (étnicos o de raza o de procedencia) y entonces ya no existe la posibilidad de que tengamos empatía con nuestro vecino. No queremos estar con el que es distinto y no te duele ver imágenes de miles de negros muertos en África porque son de otra raza. La solución es bien sencilla porque es entender que el color no puede marcarnos porque desaparece cuando se apaga la luz. Cuando entendamos eso no hará falta hablar ni de multi ni de interculturalidad.
Tenemos que convivir.
Has colaborado contra la violencia de género, contra el sida y a favor del uso del preservativo, con el Movimiento contra la Intolerancia ¿crees que es importante buscar el compromiso de la sociedad?  
Creo que el compromiso es una obligación de la sociedad. En la campaña de Obama le preguntaban
a la gente blanca si estaba preparada para tener un presidente negro.
La pregunta es ya por sí sola ofensiva. A mí qué me importa si está preparada o no. Las cosas hay
que hacerlas porque es tu responsabilidad y este es el momento. Tenemos una obligación para con nuestra pareja, nuestra familia, nuestros vecinos y nuestra sociedad. Somos, antes que nada,  personas y a veces se nos olvida.
Siempre que te entrevistan dices que eres un tipo con mucha suerte 
Sí, lo soy. Aunque la suerte hay que buscarla, soy un tipo con mucha suerte porque soy capaz de comer de lo que más me gusta, que es la música.
Y no solo eso sino que además hay gente que considera que lo que hago tiene el valor suficiente como para traerme al Sahara a vivir una experiencia única. O invitarme a Palestina, a Paraguay, a México. No puedo envidiar a nadie.
¿Qué te parece un evento como el Fisahara y cómo lo estás viviendo?
Me parece magia porque es conseguir sacar algo de la nada. Además de que creo que la idea de visibilizar el conflicto a través de la cultura, sin pegar un tiro, es fabulosa. De aplaudir hasta quedarte sin palmas. El hecho de organizarlo, con independencia del resultado final, que es lo que menos importa, es una de las mejores cosas que he visto. Es de auténtico compromiso y te da motivos para pensar que no estamos solos, que hay mucha gente concienciada y por eso hay que apoyar actos como éste. Lo que aprendamos aquí nos lo vamos a llevar con nosotros para siempre.
El Chojín considera que “No hay nada romántico ni mágico en un campamento de refugiados, sólo hay injusticia e indignidad”.
Sí, me declaro un convertido a la causa del pueblo saharaui, no porque ellos sean mejores personas o porque su hospitalidad me haya maravillado, sino porque es lo justo.
Quedamos con el compromiso de encontrarnos rapeando por el mundo. .



1 comentario:

  1. Anónimo18:04

    Es de agradecer que os okupeis también de estos asuntos los políticos.

    ResponderEliminar