Estaba cantado que lo primero que iba a hacer David Pérez,
el nuevo Alcalde de Alcorcón, es declarar a nuestra ciudad en quiebra
técnica. Por supuesto todo por las "malas prácticas" del anterior
ayuntamiento socialista. Y no decimos que tenga parte de razón pues Alcorcón,
como todos los ayuntamientos españoles, como todo el país, está asfixiado por
las exigencias de reducción del déficit que nos imponen la oligarquía
financiera.
El Alcalde podría protestar, intentar resolver la situación,
reclamar dinero a la Comunidad de Madrid o al Gobierno de la Nación. Pero para
que si ya tiene la excusa perfecta para realizar a lo que ha venido. Recortar,
recortar y dejar el Ayuntamiento de Alcorcón reducido a su mínima expresión.
Y los primeros en empezar a sufrir estos recortes son los
empleados municipales que, como denuncia CCOO, en la nómina de este mes de
junio no
van a cobrar la Bolsa de Vacaciones.
Esta bolsa es parte del dinero que por convenio reciben los trabajadores
del Ayuntamiento. Y en esto no se puede echar la culpa a Cascallana pues
llevaban más de veinte años cobrándola. Hasta este mes de junio cuando, en un
mal comienzo, el nuevo Alcalde David Pérez ha dejado de pagarla.
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