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"Un año de luchas. Avances y retrocesos de la protesta social", por Comisión Legal Sol


Un año de luchas. Avances y retrocesos de la protesta social

Comisión Legal Sol


Viernes 16 de mayo de 2014

 
[Hace ya 3 años, la manifestación del 15M y la “toma de la plaza” en Sol y en tantas plazas de todo el Estado durante los días siguientes, al grito de eslóganes como “No somos mercancía de políticos y banqueros”, “No es una crisis, es una estafa”, “Lo llaman democracia y no lo es”, inauguraron un nuevo ciclo no solo de luchas sino también de una nueva cultura política que luego se fue difundiendo por muchas partes. Se fue generando así un amplio espacio público de movilización en el que han ido confluyendo la PAH, las mareas y una larguísima lista de iniciativas y redes de acción cooperativa y solidaria, sin olvidar luchas ejemplares como la de Gamonal y las Marchas de la Dignidad del pasado 22 de marzo, o las nuevas herramientas políticas que emergen con ocasión de las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Tiempo habrá para seguir reflexionando sobre estos tres años tan intensos, como se está haciendo estos días en distintos foros, pero ahora creemos de interés reproducir artículos como el balance que del último año hace la Comisión Legal Sol en el “periódico de asambleas del 15m http://madrid15m.org/numero-25/]

Se cumple un año más de movilizaciones y, sin pararnos a descansar ni un momento queremos hacer balance de este periodo en el que se han ido transformando y asentando distintas luchas sociales, a la vez que se recrudecía la represión por parte del Estado.
Sin duda éste ha sido un año marcado por la ofensiva legislativa del Gobierno destinada a reformar las principales leyes represivas, con los anuncios de cambios en la Ley del Aborto, el Código Penal y las leyes de protección de la seguridad ciudadana y de la seguridad privada. Pero ha habido mucho más. Estos cambios han sido ampliamente rechazados por la calle, que ya venía movilizándose contra los constantes recortes en derechos y libertades, consiguiendo importantes victorias como la paralización del proyecto de privatización de la sanidad madrileña y del bulevar en el burgalés barrio del Gamonal; y, al mismo tiempo, respondiendo activamente a las políticas antisociales con el nacimiento de las Obras Sociales frente al drama de los desahucios (cinco edificios liberados en un año: Izan&Britanny, en octubre de 2013; La Manuela, en enero de 2014; Argente 8 y Callejo 13, en marzo de 2014; Obra Social Leonas, en abril de 2014) y de las Marchas de la Dignidad contra el constante ataque a las clases empobrecidas y a los derechos sociales.

Desde el primer momento, el movimiento feminista planta cara al polémico proyecto de Ley del Aborto con un escrache al ministro Gallardón el 16 de mayo, que se saldó con dos personas detenidas, y otro el 22 de julio contra la también nefasta Ley de Reproducción Asistida, esta vez con tres detenidas. Treinta personas fueron sancionadas en la acción feminista realizada en la manifestación a favor de la reforma de la ley el 17 de noviembre, en la que además otras cinco fueron detenidas, y finalmente hubo tres personas detenidas en la manifestación contra la reforma del 13 de diciembre. De las numerosas manifestaciones destacan las movilizaciones estatales del 20 de diciembre y la más numerosa en Madrid, el 1 de febrero, un auténtico clamor contra el retroceso en los derechos de las mujeres que se pretende imponer desde el Ejecutivo con nulo consenso y frente al rechazo en bloque por parte de la comunidad médica, como demuestra el documento presentado por el ginecólogo que asistió los partos de los dos hijos de Rajoy, firmado por casi 2.000 profesionales médicos de todo el país.

En esta misma línea, la Marea Blanca ha mantenido su pulso para impedir la privatización de la sanidad madrileña con numerosas movilizaciones y acciones de protesta que se saldaron con una dura represión, como acreditan las detenciones en las concentraciones junto a la Asamblea de Madrid o los encierros en los centros de salud, con 14 personas detenidas en la ocupación del Federica Montseny el 17 de junio de 2013. La lucha de la comunidad médica consiguió que en enero de este año el Gobierno regional retirase el proyecto de privatización de seis hospitales públicos.

Además, continúan las movilizaciones contra la corrupción ante las sedes del Partido Popular, directamente relacionadas con las revelaciones que hace Bárcenas sobre la existencia de cajas Ben la contabilidad del partido en el Gobierno. Nuevamente, el saldo represivo se concreta en 2 personas detenidas en la manifestación de Cibeles el18 de julio y otras dos en la manifestación “Fuera Mafia” el 5 de octubre de 2013. El descontento se acentúa cuando estallan las movilizaciones de Gamonal, y en apoyo contra la represión sobre las mismas (más de 70 detenidos, más de 30 sancionados), en diciembre y enero de este año. Durante días se suceden las manifestaciones en todo el Estado, que en Madrid se saldan con 14 personas detenidas en la del 15 de enero, 1 el 16 de febrero y 5 el día 17.

Aunque, sin duda, el punto de inflexión en la represión de la protesta se produce con las Marchas por la Dignidad del 22 de marzo. Asistimos a un alto número de detenidos en una sola semana: 24 el día 22, 1 el día 23, 1 en el desalojo de la Acampada Dignidad el día 25, 54 en ocupación del vicerrectorado de la Complutense el día 26, 1 en la Universidad Complutense el día27, 2 en la manifestación “Jaque al Rey” convocada por la Coordinadora 25S del día 29, 11 el 4 de abril en la segunda fase de Operación “Puma 70”; la existencia de medidas cautelares solicitadas por la fiscalía en gran número de detenidos relacionados con las marchas, y el acuerdo de prisión preventiva para dos personas.

Además asistimos con pavor al aumento de los malos tratos y vejaciones en comisaría a las personas detenidas del 22 de marzo y del 4 de abril, la existencia de trato degradante tanto a abogados como a fa-miliares de los detenidos, y la aparición de un salto cualitativo en la criminalización mediática de la protesta, con un bombardeo casi diario de artículos y reportajes que atacan a las que protestan, en un claro intento de preparar el terreno frente a las reformas legislativas que pretende introducir el Ejecutivo.
Esta tendencia se había iniciado unos meses antes, aunque de manera algo más sutil, en torno al fenómeno denominado “caza de brujas”, consistente en operaciones policiales espectaculares caracterizadas por detenciones que se producen semanas después de los hechos, en el domicilio de las detenidas, con policías encapuchados y una intensa campaña mediática criminalizadora. Así, la primera tuvo lugar el 28 de noviembre como consecuencia de una acción el 20N en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense: 17 detenidos el 28 de noviembre, 11 detenidos esa misma tarde en la concentración de apoyo en la comisaría. La segunda se produjo con motivo de la manifestación contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana convocada por la Coordinadora 25S, y que se saldó con 14 de-tenidos (7 el día de la manifestación, 7 en sus domicilios). La tercera, con motivo de las protestas convocadas por Vivienda Centro con motivo del desahucio de Antonio: 4 detenidos el 31 de enero durante el desahucio (el desahuciado, una mediadora y dos fotógrafos), y 3 el 27 de febrero en la “Operación Guinda”.

En relación a las características del fenómeno represivo en el último año, cabe destacar varios rasgos concurrentes. Por un lado, se consolida el acoso a los periodistas como norma y el año se salda con 4 periodistas detenidos: 2 en sus domicilios, acusados de participar en las movilizaciones del 25 de abril, y 2 en el desahucio de “Antonio se-queda”. Siguen sucediéndose las cargas policiales en las que son foco preferente; el caso más sangrante, el 29 de marzo, cuando 6 periodistas son agredidos a pesar de que acreditan ser prensa. Se mantienen las sanciones y las amenazas a periodistas en distintas movilizaciones, y se han producido varios juicios de faltas en los que comparecían como denunciados, por hechos su-cedidos mientras realizaban su trabajo. En paralelo, y pese al considerable número de personas detenidas, observamos una reducción del número de sancionados y un aumento de las condenas en sede judicial a la Delegación del Gobierno por la práctica de las sanciones indiscriminadas.
En parte, el elevado número de sanciones anteriores conlleva un cierto agotamiento técnico de la propia Delegación, que no alcanza a tramitar en plazo el total de multas impuestas, por lo que asistimos a la caducidad de un considerable número de sanciones. Por otro lado, la presión de nada sospechosas organizaciones de la sociedad civil, como Amnistía Internacional, que acaba de publicar un informe en el que acusa al Gobierno de desincentivar la protesta con esta práctica, se traduce en una disminución del acoso económico a las acti-vistas.

Por último, en este año hemos cosechado 15 victorias en forma de condenas a la De-legación por vulnerar el derecho a la presunción de inocencia, y en un caso el derecho de reunión, de las personas sancionadas. A ello cabe sumar que se mantiene el acoso a activistas del movimiento por una vivienda digna, pero también las victorias judiciales en es-te terreno. Así, 21 personas son absueltas por la ocupación de la sede de la SAREB el 19 de diciembre; pero esto no se queda aquí: el 14 de abril un juzgado condena al man-do de la unidad que interviene en este mismo desalojo por lesiones a dos activistas. Por último, el 6 de marzo obtuvimos una nueva absolución a una activista juzgada por increpar a un policía que impidió grabar a un periodista durante un desahucio el 9 de octubre de 2013. La sentencia recuerda a los policías que pueden ser grabados en el ejercicio de sus funciones públicas y señala que pierden la condición de “autoridad” cuando se extralimitan en sus funciones.

Nada se obtiene sin pagar un precio. Éste será también el año en el que la Brigada Provincial de Información se enfada con nosotras. Así, el 9 de marzo pretenderá que se sancione a varios abogados por indicarles a sus defendidos que no declaren en comisaría, emitiendo una queja al Colegio de Abogados. Sin embargo, el ICAM ampara a los letrados, recordándole a la Brigada que el Tribunal Constitucional ampara la posibilidad de que éstos hablen con sus defendidos ¡en dependencias no se declara! Creemos que su enfado tiene en parte que ver con que las numerosas quejas interpuestas ante la Defensora del Pueblo y el Colegio de Abogados por la presencia de policías encapuchados en comisaría se tradujeron, el 20 de diciembre de 2013, en un acuerdo del ICAM por el que se adoptan medidas de no colaboración cuando se produzcan hechos como éstos. A ello hay que sumar que seguimos sin conseguir que la Policía vaya debidamente identificada; el 30 de octubre volvimos a interponer una denuncia contra la Dirección General de la Policía pidiendo que se sancione a los agentes que no portan el número de placa. Sorprendentemente, nos contestan a nuestra denuncia anterior, de abril de 2013, en la que aportamos 248 fotografías de policías no identificados, diciendo que no les pueden sancionar porque no les pueden identificar, porque no llevan el número de placa. Semejante alarde de humor no nos desalienta: el nuevo NOP en la espalda no cumple con la normativa vi-gente de identificación policial. No cejaremos en nuestro empeño de que lleven el número de placa visible y en el pecho.
Por último, 
pero no en último lugar, como decíamos al principio éste es el año en el que se han puesto en marcha las más duras reformas legislativas que afectan de manera directa a la protesta social. No podemos perder de vista que se acaba de aprobar la Ley de Seguridad Privada, que prevé entre otras cuestiones que los agentes de seguridad privada tendrán la condición de “autoridad” cuando actúen conjuntamente con FCSE y a los que se autoriza a detener 
en determinados supuestos. Al mismo tiempo, están en marcha las reformas de la Ley de Seguridad Ciudadana, con cuantiosas sanciones en supuestos mucho más específicos y redactados ad hoc en torno a los nuevos repertorios de protesta de los movimientos sociales de los últimos años, y la del Código Penal, que prevé un endurecimiento de las penas en varios de estos supuestos, elimina las faltas, endurece las medidas de seguridad y se con-solida con todo ello como un peligroso instrumento para la represión de la protesta social.

Aún estamos a tiempo de parar estas reformas: infórmate, y sal a la calle. Porque solo la lucha hace justicia

15/05/2014


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