Se sigue destruyendo empleo y el poco que queda continúa perdiendo calidad
Eduardo Garzón Espinosa – Consejo Científico de ATTAC España
Los
datos ofrecidos por la encuesta de la población activa del primer
trimestre de 2014 revelan que en España se sigue destruyendo empleo: en
los tres primeros meses de 2014 han desaparecido 184.600 puestos de
trabajo. Si bien es cierto que los meses de enero, febrero y marzo no
suelen ser muy buenos en materia de mercado laboral (y que además este
año las vacaciones de Semana Santa han caído en abril), lo cierto es que
cuando se analiza lo que ha ocurrido con el empleo en los últimos doce
meses las noticias siguen siendo muy negativas: la cantidad de puestos
de trabajo destruidos ha sido de 79.600.
Hay además un dato
añadido que empeora la situación: la fuerza laboral española (la
cantidad de personas que están en condiciones de trabajar y quieren
hacerlo) sigue disminuyendo a ritmos acelerados. En los últimos doce
meses este número se ha reducido en 424.500. Esto quiere decir que sigue
aumentando la cantidad de españoles que deciden dejar de buscar trabajo
en nuestro territorio, dedicándose a buscarlo en otros países,
comenzando unos estudios, prejubilándose, o que han quedado en situación
de invalidez, etc. En definitiva, un mal dato que refleja el pésimo
estado de las condiciones laborales en nuestro país.
Por último (y
no por ello menos preocupante), la precarización del poco empleo que
queda en España continúa aumentando. La destrucción de empleo se sigue
cebando entre los trabajadores a tiempo completo: este trimestre se han
perdido 176.800 empleos a tiempo completo, mientras que el número de
ocupados a tiempo parcial ha caído “sólo” en 7.800. Los empleados con
contrato indefinido también salen muy mal parados, al perder 51.600
empleos. Además, durante el último año sólo se ha creado empleo neto en
los sectores de agricultura y de servicios, mientras que se ha destruido
empleo neto en los sectores de industria y construcción, dando pistas
sobre el posible futuro de la economía española, ya que no parece
orientarse hacia la industria (donde se desarrollan actividades de mayor
valor añadido y de mejores condiciones en el empleo) sino hacia los
servicios (donde se desarrollan fundamentalmente actividades de poco
valor añadido y de peores condiciones en el empleo, al ser prioritario
en este sector el subsector del turismo y hostelería).
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