miércoles

En un Centro Cultural de #Alcorcón se consigue representar una obra que se ríe de Merkel y la representa como una tirana sanguinaria






El pasado sábado vimos en el Centro Cultural Viñagrande de Alcorcón una obra de teatro muy divertida y con una enorme carga política:





Breve sinopsis:


"Veinte años han pasado desde que Supersens decidiera acabar con su vida de Superhéroe y dedicarse a su familia y a una vida normal. Veinte años han pasado y nos volvemos a encontrar en Madrid solo que en 2031. La sociedad ha cambiado, para mal. Los ricos son más ricos y los pobres siguen siendo muy pobres. Walter decide desempolvar su traje de Super-héroe e idea un plan para conseguir dinero de manera...poco lícita...A su vez un villano, amparado en su popularidad trama un plan muy macabro...y Supersens, sin quererlo, se verá inmerso en él...¿Qué pasará?"


Esta es la sinopsis que ofrecen sus creadores, Apatxas Teatro, pero se dejan lo mejor de crítica que tiene en su interior una obra de humor surrealista y alocado:

·       El pobre superhéroe malvive en la penuria económica a pesar de tener dos trabajos. Como dicen en un cameo el experto Ansar y Agüirre en el año 2031 en España no hay paro. Eso sí hacen falta varios trabajos para malvivir por los bajos salarios que se dan.


·       Pero el personaje mejor conseguido de la obra es Frida Merkel. Esta es una exuberante dirigente alemana que ha manejado la política europea en el primer cuarto del siglo XXI. En sus ratos libres se dedica a enviar -junto con su fiel secretaria Ingrid- unas capsulas para provocar unas brutales inundaciones en el este de España.


·       Además Merkel tiene planes para crear un "Nuevo Orden Mundial". Para ello no dudará en crear el caos y asesinar a todos los que haga falta con tal de convertirse en la líder única e indiscutible del planeta. Así lo deja claro mientras habla subida encima de un atril donde se puede ver un águila que recuerda sospechosamente al de otros antiguos dirigentes alemanes.


·       Pero por supuesto Supersens ayudado por otros valientes -y caóticos- compañeros españoles, interferirán en los malvados planes de la alemana. ¿Conseguirán pararlos?

Lo que tenemos claro es que entre el público asistente a la obra en el Centro Cultural Viñagrande, no había nadie de la embajada alemana. Lo mismo se creaba todo un incidente diplomático. Además tampoco vimos por el teatro a David Pérez, el alcalde de Alcorcón. Seguro que si se entera del texto de la obra que se representaba en un Centro Municipal la hubiera censurado como ha hecho en otras ocasiones con actos que no eran de su ideología. 

 Por Alcorcón de Izquierdas


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