"La política hoy en día tiende a
funcionar con un hiperpresidencialismo", asegura Alberto Garzón, un
"cesarismo" que "está generalizado en todos los partidos" y que el líder
de Izquierda Unida dice que es "pernicioso, porque deja sin contrapesos
la toma de decisiones". A la hora de repartir las culpas del fracaso en
las negociaciones, Garzón es bastante claro: "el máximo responsable es
Pedro Sánchez", al que acusa de "narcisismo" y de forzar estas nuevas
elecciones para "colocar una soga en el cuello de Albert Rivera" y
encontrar en Ciudadanos su futuro socio de Gobierno.
Garzón
no oculta sus discrepancias en algunas de las decisiones tomadas por
Iglesias durante estas negociaciones. "Probablemente nosotros lo
hubiéramos hecho de otra manera, pero entendíamos la legitimidad de la
decisión que había tomado Podemos y Pablo Iglesias" porque el gobierno
de coalición "era una demanda razonable y legítima".
"Es una unidad que hay que mejorar muchísimo", asegura
Garzón sobre el estado de la confluencia entre Podemos e Izquierda
Unida. "Pero en este momento, a dos meses de las elecciones, el camino
inevitable es ir juntos a las elecciones".
Para
después del 10 de noviembre, el líder de IU lanza un mensaje de unidad
para la izquierda: "Es comprensible que haya cicatrices y heridas entre
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, pero es importante que sepamos dar un
paso hacia atrás y ver todo lo que está en juego". "Soy consciente de
que lo que estoy diciendo es difícil, porque hay muchos actores que
directamente no se soportan", afirma Garzón. "Creo que la actitud
personal de los dirigentes políticos pesa cada vez más. Y lo digo como
una autocrítica".
El 10 de noviembre los españoles van a votar por cuarta vez en cuatro años. ¿Se esperaba este desenlace?
Era
una hipótesis. Al conocer lo resultados del 28 de abril, toda la
ciudadanía, más aún la gente de izquierdas, esperaba cierta agilidad en
la resolución de los acuerdos: por lo que había pasado previamente y por
el miedo a las tres derechas reaccionarias. Pero a medida que pasaba el
tiempo, la repetición electoral se volvió más posible.
Aquellos
que hemos trabajado incansablemente para evitarla no hemos tenido
éxito. Al final hemos llegado a un escenario donde hay muchas cosas que
se ponen en juego: entre ellas, el propio sistema político. Creo que la
frustración y el hastío ciudadano se puede manifestar de forma adversa,
especialmente para la izquierda.
¿De
quién es la responsabilidad de esta repetición electoral después de esa
victoria de la izquierda en las elecciones del 28 de abril?
Hay
siempre múltiples responsabilidades. Seguro que algunos nos hemos
equivocado en algún momento. Pero la responsabilidad máxima no cabe duda
de que es de quien tenía que encontrar los apoyos, que es Pedro
Sánchez. Es lo mismo que él le decía a Mariano Rajoy cuando ocurrió algo
similar en 2016. Lo cierto es que tenemos un PSOE que hizo un cambio
táctico, probablemente después de las elecciones autonómicas, cuando
consideró que había que ir hacia un escenario de acuerdo con Ciudadanos.
Hubo una ofensiva muy fuerte para que Ciudadanos pactara con el PSOE.
Ahí se engendró un bloqueo que después tuvo una especie de fuegos
artificiales en una negociación con nosotros en la que el Partido
Socialista nunca estuvo cómodo.