martes

Ganar Alcorcón exige la dimisión de David Pérez en relación a la Trama corrupta en el Canal de Isabel II


David Pérez, alcalde de Alcorcón, fue Vocal del Consejo del Canal Isabel II Gestión desde 2012 hasta 2016, durante los años en los que Ignacio González pasó de presidir esta sociedad a ser presidente de la Comunidad de Madrid. Durante las adquisiciones de sociedades en América Latina para lograr el enriquecimiento personal (y posiblemente partidario vía caja B) mediante la lapidación del patrimonio público, nuestro hoy alcalde se encontraba en este consejo, teniendo información de primera mano de todas estas operaciones

Nosotros no vamos a pasar este tema por alto. El dinero público saqueado por esta trama corrupta podía haberse dedicado a mejorar la vida de las ciudadanas y ciudadanos de Madrid. El desfalco del patrimonio público para lograr este enriquecimiento particular es algo que no se puede volver a permitir, tampoco para desviarlo a publicidad para medios afines (se estima que más de 10 millones fueron a parar a Telemadrid, 1,7 a ABC y otros tantos a El Mundo o La Razón). Son responsables tanto quienes participaron estas operaciones por activa como quienes las permitieron por pasiva. Los miembros del Consejo, como responsables de la gestión patrimonial, deben responder políticamente por lo que ha ocurrido.
Por todo esto, hemos presentado dos iniciativas esta mañana en el ayuntamiento de Alcorcón para denunciar La Trama corrupta tejida por el Partido Popular y un nutrido grupo de empresarios. Exigiendo, además, la dimisión del alcalde de Alcorcón por participar en este gran despropósito de saqueo, corrupción y desfalco.





lunes

"Esperanza Aguirre presenta su dimisión por el caso de Ignacio González", de eldiario.es


Esperanza Aguirre presenta su dimisión por el caso de Ignacio González 

 

La portavoz del PP en el Ayuntamiento deja el cargo acechada por la corrupción: "Me siento engañada y traicionada por Ignacio González, y por eso dimito"
Esta dimisión es la tercera de Aguirre: el septiembre de 2012 dejó la Comunidad de Madrid; y en febrero de 2016, la presidencia del PP madrileño
 
 
Esperanza Aguirre, escoltada por los concejales Iñigo Henríquez de Luna y José Luis Martínez-Almeida, minutos antes de presentar su dimisión
Esperanza Aguirre, escoltada por los concejales Iñigo Henríquez de Luna y José Luis Martínez-Almeida, minutos antes de presentar su dimisión Víctor Blanco / Gtresonline
  
Esperanza Aguirre lo deja. No ha podido más. El encarcelamiento de Ignacio González por el saqueo del Canal de Isabel II ha sido demasiado para Aguirre: su delfín, la persona en quien más confió en política, quien creció a su lado está inmerso en una operación corrupta a gran escala: "Le pedí explicaciones [a González] y ahora me siento engañada y traicionada. No vigilé más".
Aguirre presenta su dimisión –la tercera en los últimos años– que supone que deja la portavocía del grupo del PP en el Ayuntamiento de Madrid y también el acta de concejala. 

Los medios de comunicación habían sido convocados a las 17.00 en el Ayuntamiento para el anuncio de la decisión, en una comparecencia en la que ha leído una declaración sin preguntas.
"Cuando fui presidenta de la Comunidad hasta septiembre de 2012", ha proseguido Aguirre, "lo nombré vicepresidente. Algunos medios lo señalaron en asuntos que podían ser calificados como incorrectos [como el ático de Estepona]. Le pedí explicaciones y ahora me siento engañada y traicionada. No vigilé más".
"Este auto del juez demuestra que no vigilé lo que debía, y por eso dimito como concejal y portavoz del grupo municipal popular", ha zanjado.

Aguirre quería aguantar, quería prolongar su herencia y su legado, ser recordada por su gestión política más que por las sombras de corrupción cada vez más alargadas. Pero cada día se veía más sola y cansada, con palabras de aliento cada vez pronunciadas por menos personas, con mensajes de frialdad desde Génova.
Aguirre se sentía parte de ese hilo azul que conecta con las sociedades de amigos del país de la Ilustración y los liberales del siglo XIX, portadora de esas esencias liberales en una España en la que la arquitectura institucional y política de 1978 se tambalea. Y quería trascender, aparecer en los libros de historia el día de mañana, y aparecer bien parada.
Así se ve la expresidenta madrileña: como quien modernizó la comunidad autónoma, quien introdujo el bilingüismo en el sistema educativo; bajó los impuestos como nadie –al calor de la burbuja inmobiliaria–; construyó más kilómetros de Metro que todos sus predecesores juntos; golpeó como nadie a los sindicatos y cambió por completo el sistema sanitario público a través de las privatizaciones.
Pero ha habido más, claro.
La historia política de Aguirre como presidenta regional no se entiende sin quien le ha acompañado, mano a mano, en esta última década: Ignacio González.  Mano derecha desde 2003 en el Gobierno, en el partido desde 2011, y presidente regional desde 2012. Y también salpicado por el ático de Estepona, por cuya compra, investigada por la justicia, estuvo imputada su esposa, Lourdes Cavero.

Ignacio González y Esperanza Aguirre, en la Asamblea de Madrid en octubre de 2013.
Ignacio González y Esperanza Aguirre, en la Asamblea de Madrid en octubre de 2013. madrid.org
Aguirre, González y el resto del PP conquistó la puerta del Sol tamayazo mediante, uno de los episodios más turbios en la política española: dos diputados autonómicos del PSOE se negaron a votar a su candidato y provocaron una repetición electoral que encumbró a Esperanza Aguirre.
Ahora Ignacio González está en la cárcel de Soto del Real y Aguirre no ha resistido más tiempo.




Disponibilidad de la propia vida. La eutanasia a debate, Jueves 20 de Abril

El jueves 20 de abril a las 18:30h. tendrá lugar una charla-coloquio que abordará el tema de Disponibilidad de la propia vida. La eutanasia a debate. Aunque el pleno del Congreso se ha negado a debatir la proposición de ley presentada el mes pasado, la ciudadanía está preparada para hacerlo y por ello queremos analizar la situación actual, el presente y fututo de una ley de disponibildad de la propia vida. 
 
La actividad, organizada por el Grupo local DMD Alcorcón y Ganar Alcorcón, se realizará en el Centro Cultural Miguel Ángel Blanco, C/ Siete Ojos, s/n (Alcorcón).
 
Contaremos con la intervención de Luis Montes, médico y presidente de la AFDMD.
 
 
¡Te esperamos!
 
 
 

domingo

"¿Recuperar soberanía nacional o conquistar soberanía popular?", por Marina Albiol


TRIBUNA

¿Recuperar soberanía nacional o conquistar soberanía popular?

Nuestros problemas no se solucionarían con una vuelta al Estado nación, sino acabando con un sistema que nos explota tanto en el conjunto de Europa como en cada uno de nuestros países
Marina Albiol

J.R. MORA
24 de Marzo de 2017 
 
En 1957 seis países de Europa firmaban el tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE), que había sido precedido en 1951 por la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), y que desembocaría en la actual Unión Europea. La terca realidad ha disipado la espuma de las promesas de felicidad, para enfrentarnos a una dura realidad: la Unión Europea no está diseñada para mejorar la vida de los pueblos, sino para hacer más ricos a los que ya lo eran.

Puede parecer bastante lógico que ante unas instituciones europeas antidemocráticas, que en los últimos años nos han impuesto recortes brutales en nuestros servicios públicos, surjan voces apostando por la vuelta a “la soberanía nacional”.

Pero quizá esta alternativa pierda fuerza si profundizamos un poco más en el análisis. En primer lugar, es fundamental desenmascarar la propia naturaleza de la Unión Europea como proyecto político del capitalismo para Europa para entender que el problema se sitúa en el sistema y no tanto en el hecho de que exista una integración regional. Todas las instituciones de la UE forman parte y están basadas en un sistema económico que se sustenta en el saqueo de muchos para beneficio de pocos, y así se construyó, desde el principio, con el objetivo de crear un mercado común interno y que, a la vez, nos posicionara con fuerza en el mercado mundial para que una pequeña élite continuara enriqueciéndose.

La crisis de la UE y la del capitalismo son inseparables

Y precisamente porque la UE es un proyecto capitalista, no se puede desligar el análisis de la crisis de la UE de la crisis del capitalismo. De hecho, no son dos crisis diferentes. Lo que ha sucedido es que aquello que hasta ahora sólo era evidente si mirábamos a África y Asia --es decir, que el capitalismo no es capaz de satisfacer las necesidades de la mayoría--, ya se ha puesto de manifiesto en los países que hasta ahora habían sido los grandes beneficiados del sistema, en Europa y en EEUU, donde las clases populares se han visto azotadas por el paro, la precariedad y la pobreza.
Por eso en el 60º aniversario de la firma del Tratado de Roma, no hay nada que celebrar. Especialmente en “los países del sur” --sería mejor decir “los países de la periferia”-- que, aunque en el período de auge económico internacional experimentaron un crecimiento, al comenzar la crisis económica han padecido altas tasas de desempleo, precariedad laboral y retroceso en la prestación de los servicios públicos, con un incremento notable de la población en riesgo de pobreza.
Sin embargo, no podemos quedarnos con un análisis territorial de las consecuencias de la crisis o de las políticas de austeridad de la UE, porque las políticas de austeridad han hecho aumentar las desigualdades en los 28 Estados miembros de la UE, incluida Alemania.
Las desigualdades crecen en todos los países
“Aunque el paro en Alemania afecta al 6,9% de la población activa –unos 40 millones --, la cifra absoluta supera los tres millones. Un 15,5% de la población ingresa menos del 60% del salario medio, lo que la convierte en pobre. Casi el 60% de los parados son pobres, y lo mismo sucede con el 40% de padres y madres solteros. Más de tres millones de trabajadores son pobres, a pesar de tener empleo, lo que supone el 7,8% de la población activa. Y eso está empezando a afectar cada vez a más trabajadores con contrato fijo.”

Debemos tener claro que ni siquiera es un proceso exclusivo de Europa. En mayo de 2015, el secretario general de la OCDE, Angel Gurría --nada sospechoso de izquierdista--, se alarmaba por esta progresión sin precedentes en un preámbulo al último informe: “Hemos alcanzado un punto crítico. Las desigualdades en los países de la OCDE no han sido jamás tan elevadas desde que las medimos” (1). “Las desigualdades de rentas han alcanzado niveles récord en la mayor parte de los países de la OCDE y se mantienen a niveles más elevados aún en numerosas economías emergentes”.
Los ricos se han hecho más ricos en todos los países. No todos en Alemania han ganado ni todos en el Estado español hemos perdido. El presidente y consejero delegado de Inditex, Pablo Isla, percibió una retribución total de 10,37 millones de euros en el ejercicio 2016, equivalentes a 28.410 euros al día. Y sólo es la guinda del pastel, pues es la tónica de todos los altos directivos del IBEX 35 y de las grandes fortunas, que también han crecido.
Es cierto que, a veces, en la búsqueda de un buen titular, perdemos el rigor. Pero más allá de 'Alemania nos impone políticas de austeridad', o del 'Merkel nos obliga a recortar', la realidad es que las políticas económicas de la UE han estado y están al servicio de las clases dominantes de toda Europa, también de las del Estado español, aliadas entre ellas. Eso sí, con un predominio de las alemanas y francesas, como consecuencia lógica de la situación más dominante de cada una de ellas en el mercado mundial.
Si tenemos claro que las políticas de austeridad han supuesto en todos los países de la UE una gigantesca transferencia de las rentas del trabajo a las rentas del capital, deberíamos centrarnos en la repercusión desigual de la crisis en las distintas clases sociales, porque si no podríamos errar el análisis. Identificar al adversario es la primera condición en cualquier batalla, y nuestro adversario no son los pueblos de Europa, sino la estructura y la concepción de la Unión Europea, al servicio del capital financiero, de los poderosos.

La principal división es de clase
Esta UE ha tenido y tiene a unos gobiernos actuando como marionetas de esas élites. Algo que también se da en el Estado español. Zapatero y Rajoy, aplicando las políticas de austeridad, no sólo se arrodillaron, sino que han sido cómplices y copartícipes, igual que lo fue Felipe González con la desindustrialización. Todos ellos forman parte de esa alianza entre la socialdemocracia europea y los conservadores, que son los que han diseñado esta Europa. Han sido sus impulsores y quienes han avalado los tratados de Maastricht y Lisboa, el Pacto de Estabilidad, las políticas de austeridad y, ahora, también los tratados de libre comercio, que son la propuesta para el futuro, ya casi presente. Esa alianza se ha mostrado a las claras con el respaldo al CETA (el tratado entre la UE y Canadá).

No se trata tanto de un ataque a la soberanía nacional de los Estados miembros, como de un ataque organizado por la clase dominante de todos los Estados de la UE a los trabajadores y trabajadoras de todos los países de Europa. Y, por tanto, nuestros problemas no se solucionarían con una vuelta al Estado nación, sino acabando con un sistema que nos explota tanto en el conjunto de Europa, como en cada uno de nuestros países. En otras palabras, creo que la salida a la actual situación no es recuperar soberanía nacional, sino conquistar soberanía popular. En el Estado español, con UE o sin UE, con peseta o con euro, nuestra clase, el pueblo, nunca ha tenido soberanía, si por eso entendemos la capacidad de tomar decisiones. Es decir, de gobernarnos.
El campo de batalla es Europa
Ahora toca hablar de conquistar el derecho a que el pueblo y los pueblos de Europa decidamos nuestros destinos. La UE sólo responde a los intereses de las élites y por eso es imposible construir nuestra Europa manteniendo su actual estructura.
Pero entiendo que la alternativa de la izquierda, como internacionalistas que tenemos claro que a la clase trabajadora lo que le da fuerzas es la unidad por encima de las fronteras, no puede levantar fronteras.
El camino de vuelta al Estado nación nos llevaría al riesgo de enfrentamientos entre territorios y de forjar alianzas con aquellos que, siendo nuestros “compatriotas”, son, sin embargo, nuestros verdaderos enemigos, porque tenemos más intereses en común con la clase trabajadora de cualquier país de Europa que con nuestra oligarquía respectiva.
No podemos permitirnos, desde la izquierda, ir por detrás de los acontecimientos. Nuestros adversarios están perfectamente organizados a escala europea y nuestra misión no puede ser abandonar el campo de batalla en que se ha convertido la UE, sino organizarnos para oponer a su proyecto el nuestro. Frente a la Europa fortaleza de los mercaderes y las élites, debemos representar la Europa democrática y solidaria de los pueblos.
Para poder construir la alternativa política y económica necesitamos un programa común, que ponga la riqueza creada por el trabajo social en manos del pueblo, ya que existen recursos suficientes para poder garantizar unas condiciones de vida digna. Conquistemos nuestra soberanía.

1 Desigualdades y crisis social en Europa (02/06/2015). Roland Pfefferkorn. Viento Sur.
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Marina Albiol es Eurodiputada y portavoz de Izquierda Plural en el Parlamento Europeo.