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"Homenaje a Yolanda, calle e instituto", por Rafa García Rico





Homenaje a Yolanda, calle e instituto

 


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El sectarismo incontrolado campa por sus respetos. De plomo es el corazón de los dirigentes populares, los veteranos y los cachorros. Quizá de tanto confiar en el sentido de la vida a la acumulación de dinero, los populares han dejado de tener cualquier relación humana y vital con su ‘pueblo’.
 
Una diputada del PP, Eva Durán, carga contra el socialista Pablo García Rojo porque este, en nombre de la Plataforma de Amigos, Familiares y Antiguos Compañeros de Yolanda González, le pide a ella, también concejala en Vallecas, que ponga el nombre de la joven asesinada al Instituto donde estudiaba, y junto a una sectaria negativa, le increpa asociando a Yolanda y a su partido con el terrorismo de la forma más estúpida y abyecta.
Pero no es un error humano. Esta semana, David Pérez, un drone de la época Aguirre en la Asamblea que salía teledirigido a triturar adversarios desde su escaño de portavoz del PP en los años dorados de la gurtel, Fundescan y toda la corrupción que, presuntamente, enfangaba al PP de Aguirre sin que a ella eso le causase el más mínimo rubor, y ahora alcalde de Euralcorcón o Alcorvegas se niega a una propuesta de Natacha de Andrés para realizar un homenaje en el lugar donde fue asesinada con la displicente argumentación de que la joven no tenía nada que ver con el municipio.
No voy a caer en la trampa de criticar los miles de homenajes municipales a Miguel Ángel Blanco en cualquier parte del país. Incluido el Alcorcón del joven drone, avión teledirigido ya no por Aguirre, sino por la inquina del rencor popular que, entre sobre y sobre, aún encuentra tiempo para odiar.
 
El homenaje propuesto por Natacha de Andrés, portavoz socialista, acordado con la familia y antiguos compañeros de Yolanda, será otra cosa; sé que no los pararán ni a ella ni a quienes llevan treinta y tres años defendiendo su memoria. El PP habrá demostrado cuánto hay de cierto en que la reivindicación de la memoria de Yolanda se transforma en un símbolo de lucha contra su particular modelo de democracia, falsario, sectario y excluyente, que no solo está enlodado en la mezquindad y el abuso, sino también en la persecución del adversario y en la destrucción de nuestras libertades, del derecho a discrepar, a defender algo diferente, a ser parte de una alternativa.
 
Nada hay de extraño. Luchaba Yolanda contra ellos y hay que luchar ahora con el caudal de memoria formado en torno a ella y su crimen, o en torno a ella y su vida: su lucha, sus ideas, su trabajo, su dignidad. Es decir, las luchas, el trabajo, el compromiso y la dignidad de miles de jóvenes que hoy se rebelan.
España se llena de homenajes a Yolanda. En Madrid aún pervive la propuesta de la concejala Noelia Martínez Espinosa para que una calle de Latina lleve su nombre. Esa es una lucha que merece la pena. Habrá que apoyarla con fuerza y convertir el símbolo que ya es Yolanda en una verdadera conquista para la libertad. Esa es la ética que nos enseñan su familia y sus compañeros, y que entre todos debemos conseguir.


Rafa García Rico 

PALABRAS EN LIBERTAD, Cambio16


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